El último tango del FMI

Argentina vive un nuevo engaño

Mario Jorge Muñoz

Fernando de la Rúa siente como que "escapó" por unos días. Y con él no pocos miembros del ejecutivo argentino. También respiraron profundo unos cuantos empresarios, transnacionales extranjeras y gobernantes latinoamericanos. Buenos Aires ha estado en varias ocasiones a punto de caer. Pero nunca como esta vez se encuentra tan cerca de la debacle. ¿Hasta cuándo durará el "milagro"? Nadie sabe.

Lo cierto es que el Fondo Monetario Internacional (FMI), uno de los más preocupados por la catástrofe, anunció finalmente una nueva tabla de salvación, esta vez de 8 000 millones de dólares. Y el gobierno argentino reiteró ayer su optimismo sobre la futura marcha de la economía del país.

Según De la Rúa, el nuevo crédito ayudará a "despejar la incertidumbre" sobre la economía y permitirá que la Argentina crezca. Advirtió que ahora es necesario "combatir la evasión" y que "todos, tanto la Nación como las provincias", sigan esforzándose por cumplir con "el programa de déficit cero".

Cavallo, el ministro de Economía, también habló de confianza, perseverancia y cambios de expectativas. De seguro se dirigen a los inversionistas. Ambos, sin embargo, parecen vivir en otro país o quieren hacérselo creer a los demás. No se han dado cuenta de que los argentinos hace rato no creen en su gobierno. Que ya no pueden exprimirlos más. O por qué están en las calles.

La prensa estadounidense, por su parte, no confía en tales "milagros". Varios medios apuntan que los inversionistas siguen estando poco convencidos de que la nueva asistencia vaya a impulsar el crecimiento económico y a evitar el peligro de incumplimiento de las obligaciones financieras argentinas.

El Wall Street Journal, de Nueva York, indicó que los economistas son cautelosos y que el dinero fresco anunciado está lejos de ser una "panacea" para la nación sudamericana.

No son pocos los incrédulos. Las agencias calificadoras internacionales Standard & Poor's y Moody's advirtieron este miércoles que no modificarán de inmediato los rating de Argentina, a pesar de los nuevos fondos anunciados por el FMI.

Según declaraciones de directivos de Moody's, todavía "no está claro" cómo el nuevo programa acordado con el organismo internacional "hará que Argentina vuelva a un sendero de crecimiento sostenible lo suficientemente rápido como para atraer nuevos flujos netos de divisas por parte del sector privado".

Los analistas de las calificadoras temen que el acuerdo alcanzado por Buenos Aires con el FMI no modifique los problemas estructurales por los que está pasando la economía gaucha, golpeada por tres años de recesión. De tal forma califican al país con siete puntos por debajo del "grado de inversión".

Diarios norteamericanos advierten sobre lo que podría ser el futuro de la nación sudamericana. Según el Wall Street Journal, aparte del plan de "déficit cero" aprobado por el Congreso argentino recientemente, se necesitarán otros recortes de gastos.

Por su parte, el New York Time cita palabras de Morris Goldstein, ex funcionario del Fondo Monetario que actualmente trabaja en un instituto de investigaciones económicas de Washington, quien considera que la nueva ayuda no será útil sin "una estructuración de la deuda argentina y la devaluación de su moneda".

Todo esto significa, como es de suponer, nuevos recortes y programas de ajuste. O lo que es igual, más desempleo, mayor deuda externa y más miseria para la nación. Porque si algo está claro otra vez es que Argentina vive un nuevo engaño.

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