Unas 30 700 personas visitaron el Museo
Nacional de Bellas Artes, en La Habana, durante los primeros 20 días de
este mes después de su reinauguración.
De esa cifra tres 1 142 fueron
extranjeros y las colecciones preferidas fueron las de arte cubano,
especialmente el contemporáneo y sobre todo las obras de Wifredo Lam,
Amelia Peláez, Carlos Enríquez, Servando Cabrera Moreno y Fidelio Ponce de
León.
Esto obedece al interés por la evolución
del arte nacional, que se presenta expuesto en cuatro bloques: la colonia,
cambio de siglo (1894-1927), moderno y contemporáneo, con nuevas
concepciones de exhibición y las condiciones ideales para ser disfrutados
por los visitantes.
Al edificio central de Bellas Artes, sede
de las colecciones cubanas, se sumó el del antiguo Centro Asturiano que
atesora al arte universal con salas dedicadas a Egipto, Grecia y Roma,
complementadas con exponentes mesopotámicos, fenicios y etruscos.
La instalación también acoge muestras de
las siete escuelas tradicionales europeas: Italia, Alemania, Flandes,
Holanda, España, Francia y Gran Bretaña, desde el siglo XVI al XIX, y
por primera vez presenta selecciones de conjuntos de arte asiático,
norteamericano y latinoamericano.
Como parte de la labor de promoción
cultural, en la sede de la calle Trocadero entre Zulueta y Monserrate, se
ofrecen conciertos todos los sábados a las 8:30 a.m. y programas dedicados a los
niños, los domingos a las
11:00. Otro de
los servicios es el del Centro de Información y Documentación Antonio
Rodríguez Mari, especializado en arte cubano y universal.
El museo está abierto de martes a sábado
de 10:00 a.m. a 6:00 p.m. y los domingos desde las 10:00 a.m. a la 1:00 p.m.