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José Manuel Carreño

Más allá de la perfección...

TONI PIÑERA

    RAUL LOPEZ

José Manuel Carreño, el célebre bailarín cubano ha sabido endeudar a la danza, que le ofrece, con total entrega, una manera elevada de vivir. Su nombre pasea en la cartelera de los más conocidos teatros y ha llenado importantes espacios en las más grandes compañías de ballet del mundo, poniendo en alto el nombre de su país. ¿Su secreta intención? Bailar, no bajar del escenario...

En medio de una clase cotidiana, Totó, como lo conocen familiarmente en Cuba, dedicó unos minutos a Granma para que los amigos tuvieran noticias frescas antes de concluir sus vacaciones y retornar hacia el American Ballet Theater (ABT), compañía en la que deja sus huellas hace más de 6 años como primera figura, y donde ha marcado una estela de triunfos que habla del nivel de la Escuela Cubana de Ballet.

Una palabra rompe el silencio y toca sus adentros con una fuerza especial. ¿El tiempo? El artista comenta: "¡Lo peor es que ha pasado sin que uno se dé cuenta!". Entonces, por sus recuerdos cruzaron imágenes de aquel jovencito que ya en 1986, con solo 18 años alcanzaba el diploma de honor en el Concurso de Varna y luego daba sus primeros pasos con el Ballet Nacional de Cuba, en el pas de trois de El lago de los cisnes, los amigos de Giselle, e iba creciendo sobre la escena a paso firme junto a los profesores y maitres cubanos. El mismo que en 1989 lograba la medalla de oro para Cuba en el Concurso Internacional de Ballet de Nueva York, y un año más tarde arrancaba el Grand Prix en el de Jackson (Estados Unidos). Después, los variados personajes `vestidos' en su carrera, junto a las más importantes estrellas de la danza.

De tanto bailar por el mundo, ¿te ha permeado el estilo de alguna otra escuela-compañía? "Estuve ocho años en la escuela cubana y eso es difícil que te cambie. Uno puede moldearse, enriquecerse y es lo que he tratado de hacer en estos años de carrera profesional. Ir aprendiendo de cada compañía y país en que he estado, algo que me ha ayudado a crecer, aunque lo esencial es la fuerte base de nuestra escuela cubana. Además bailé 4 años en las filas del BNC, desde el cuerpo de baile hasta primer bailarín, junto con grandes figuras, Alicia Alonso, las cuatro joyas, las tres gracias..., fui afortunado de poder estar en esa época. Es algo que no se olvida".

Has bailado mucho e interpretado infinidad de personajes, te dedican enormes espacios en los periódicos del mundo donde han dicho que eres el Nureyev de estos tiempos... "Solo sé que soy versátil, me gusta bailar todo y es una de las cosas más ricas que he encontrado en el American Ballet Theater, una compañía que se ha caracterizado por tener un repertorio muy amplio, algo que me encanta. Me gusta interpretar los clásicos, pero también quiero abrir mis ojos hacia lo contemporáneo: Forsythe, Robin, Balanchine, Killyan... Es algo excitante y único que he encontrado en esa agrupación". ¿Qué te falta por bailar? "Hay un ballet que siempre he anhelado hacer, por la música y la fuerza que proyecta: Espartaco".

PREFERENCIAS DE CARREÑO

Entre las preferencias, a la hora de bailar, el Albrecht de Giselle y el Basilio, de Don Quijote, y "ahora he incorporado entre estos papeles favoritos Romeo y Julieta y La bayadera, son ballets fascinantes".

¿Generalmente no tienes una pareja fija cuando bailas? Prefiero bailar con muchas artistas. Todas tienen un corazón, te dicen y dejan algo, eso te enriquece. Son diferentes estilos, sentimientos, formas de hacer un personaje. Es una característica mía bailar con diferentes compañías y bailarinas". En estos años ha dejado sus huellas, entre otras compañías, en el English National Ballet, Royal Ballet, Tokio Ballet, Scalla de Milán, Teatro Colón, Rio de Janeiro, Kirov, ABT..., y en septiembre irá a bailar Don Quijote, en el Bolshoi de Moscú.

José Manuel Carreño es un bailarín que busca la perfección de la línea... "Más allá de la perfección, siempre he tenido un concepto muy grande en mi mente, algo que me ha mantenido siempre a un alto nivel: el respeto de uno hacia el público, dar lo mejor que uno tiene cuando se enfrenta a la escena". ¿Es una de las claves del éxito?

"Hay muchas otras cosas, como la vocación, el tesón, la fuerza de trabajo y voluntad ". Además del apellido que llevas: Carreño que es como un talismán, ya que en Cuba podría ser también sinónimo de arte, en la pintura y en la danza, por los nombres que han dejado marcas muy grandes. En particular tu tío Lázaro, quien guió tus pasos en los comienzos. "Claro, es un orgullo muy grande, sobre todo ver que continúa (Alihaydée, Joelito). Pero mi tío fue, desde que era pequeño, el patrón más grande que tuve, fue la persona de mayor influencia en cuanto al trabajo y la disciplina".

¿Bailar en Cuba? "Es siempre algo especial. Lo sentí en el Festival pasado, después de cuatro años sin bailar en mi país, para mi público, cuando compartí por primera vez la escena con mi prima Alihaydée en El Lago... y Diana y Acteón. Fue excitante para los dos. Me gusta bailar por el mundo y enriquecer mi carrera con nuevas experiencias, pero no puedo estar lejos de aquí por largos períodos. Hay una fuerza, que a veces no sé explicar, pero que me obliga a regresar a mi tierra y estar con los míos cada vez que puedo. Como ahora".

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