Rindió el pueblo homenaje al general de división Raúl Menéndez Tomassevich

Fue sepultado con honores militares en el Panteón de las FAR, en la necrópolis de Colón. Depositadas ofrendas florales en nombre de Fidel y Raúl

Reynold Rassí

    JORGE LUIS GONZALEZ

"No es el lamento la mejor forma de honrarlo, en el triste momento en que ha dejado de estar físicamente entre nosotros... A hombres como Tomassevich se les honra en el combate diario, en la brega permanente y sin tregua frente a los enemigos de la Patria y por servir cada vez mejor al pueblo".

Así se expresó el Héroe de la República de Cuba y general de cuerpo de ejército, Joaquín Quintas Solá, jefe del Ejército Central, al despedir el duelo del general de división Raúl Enrique Menéndez Tomassevich, quien fuera inhumado el viernes en el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en la necrópolis de Colón, y quien contaba al morir con 72 años de edad.

Cientos de hombres y mujeres del pueblo acompañaron a los familiares de Tomassevich en el sepelio. Entre los asistentes se encontraban José Ramón Machado Ventura, José Ramón Balaguer, los generales de cuerpo de ejército Abelardo Colomé Ibarra, Julio Casas Regueiro y Leopoldo Cintra Frías, todos miembros del Buró Político, así como otros dirigentes del Partido, Gobierno y el Estado, jefes y oficiales de las FAR y el MININT y miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.

Ofrendas florales en nombre del Comandante en Jefe Fidel Castro, el General de Ejército Raúl Castro, así como del Comité Central del Partido, los Consejos de Estado y de Ministros e instituciones, organismos y organizaciones de masas fueron depositadas en su tumba.

La Bandera Cubana envolvía el ataúd, conducido en un armón militar y escoltado por oficiales. La banda de música del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias interpretó el Himno Nacional, a la vez que se escuchaban tres descargas de fusilería y acto seguido el toque de silencio por un corneta, con lo cual se le rindió honores militares.

En sus palabras de despedida de duelo, Quintas Solá destacó que Tomassevich forma parte de los hombres con absoluto derecho a esa alegría de que nos hablara José Martí, la que proviene de haber dedicado la existencia a la mayor obra emprendida por nuestro pueblo. Agregó que esa lucha heroica y llena de sacrificios en la que ha tomado parte la nación durante más de 40 años, no es posible escribirla sin mencionar su nombre.

Al referirse a sus méritos, citó como ejemplo su participación o conducción en más de 70 acciones combativas, la mayoría de ellas de envergadura, con la mayor modestia y sencillez, con la misma naturalidad con que trabajó como mensajero de una fábrica, etapa de su vida que tanto le gustaba recordar.

Luego destacó cómo la naturaleza rebelde de Tomassevich encontró cauce adecuado tras su encuentro con otros revolucionarios en la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba, donde protagonizó una espectacular fuga el 30 de noviembre de 1956, su labor en la lucha clandestina hasta su alzamiento, en cumplimiento de las indicaciones del Movimiento 26 de Julio, al frente de un grupo guerrillero en las proximidades de Alto Songo, con el grado de primer teniente.

Dijo que fue fundador del Segundo Frente Oriental Frank País, en marzo de 1958, encabezado por el entonces Comandante Raúl Castro, donde fue ascendido después a capitán. Luego fue jefe de la Compañía Otto Parellada, integrada inicialmente a la Columna No.6 Frank País y más tarde a la Columna No.17 Abel Santamaría, participando en numerosos combates donde dio muestras de valentía personal y de sus dotes como jefe rebelde, lo que le valieron el ascenso a Comandante pocos días antes del triunfo revolucionario.

Quintas Solá rememoró cómo la victoria del Primero de Enero de 1959 marcó el inicio de una extensa y fructífera trayectoria de Tomassevich como jefe militar: desde las filas de la PNR participó en el rescate de las víctimas del sabotaje al vapor La Coubre, fue nombrado en enero del 61 como Jefe de Servicios de las FAR, desde cuyo cargo participó en la primera limpia de bandidos del Escambray y posteriormente en los combates de Playa Girón, y luego dedicó parte de su vida a la lucha contra bandas contrarrevolucionarias, que fueron aniquiladas mediante operaciones dirigidas personal y magistralmente por él.

Se refirió también a cómo su sólida preparación militar junto a sus elevadas cualidades personales, lo llevaron a ocupar altas responsabilidades en las FAR, entre ellas las jefaturas de importantes grandes unidades, entre las cuales se encontraban los ejércitos Oriental y Central. Hombre de absoluta confianza de nuestro Comandante en Jefe y del Ministro de las FAR, fue escogido para atender al Che tras su regreso a Cuba concluida la fallida experiencia del Congo, y para asegurar la preparación de la tropa que al mando del Guerrillero Heroico combatiría posteriormente en tierra boliviana.

Destacó luego cómo participó en cinco misiones internacionalistas en otras tierras del mundo, incluida la jefatura de la Misión Militar de Cuba en Angola en dos ocasiones, lo que constituye un caudal invaluable de enseñanzas para nuestro pueblo, especialmente para los combatientes de las FAR. Subrayó que tras el paso de Tomassevich a la reserva y cuando su salud ya no le permitía soportar los rigores de la vida del soldado, se dedicó con la misma energía y entusiasmo con que siempre trabajó y luchó, a poner a disposición del pueblo el legado de su experiencia como combatiente revolucionario.

Finalmente, recordó al hombre que recibió hace pocos meses en su pecho la Estrella de Héroe de la República de Cuba de manos del Comandante en Jefe, al fundador de nuestro Partido y miembro de su Comité Central durante más de un cuarto de siglo, a quien nuestro pueblo eligió por sus cualidades y sus dotes como Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular desde su fundación hasta 1993, al bravo soldado que mereció las órdenes Máximo Gómez, Antonio Maceo, Ernesto Guevara y Por el Servicio a la Patria en las FAR de primer grado, y más de 40 medallas y distinciones.

"Honremos al hermano caído y a todos nuestros héroes y mártires, cumpliendo cabalmente, como él supo hacerlo siempre, el mandato martiano: Donde esté mi deber, adentro o afuera, allí estaré yo, destacó Quintas Solá.

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