Se les apaga el alma

Una investigación acaba de destapar el mayor escándalo de pornografía infantil en la historia de los Estados Unidos

FELIX LOPEZ

Fort Worth, al norte de Texas, es una ciudad avergonzada. En las últimas semanas toda la prensa estadounidense le ha dedicado primeras planas, reportes especiales y duros comentarios. En un insospechado negocio, al resguardo de una casa de familia, estuvo oculto durante mucho tiempo el mayor centro de distribución de pornografía infantil en la historia de los Estados Unidos.

La "olla de presión" acaba de explotar ante los ojos de la opinión pública norteamericana. Pero la historia de la "Operación Avalancha" comenzó dos años atrás, cuando oficiales federales del correo comenzaron a investigar a Thomas y Janice Reedy, un matrimonio propietario de la compañía Landslide Productions, que a través de Internet permitía el acceso a sitios Web de pornografía infantil ("Cyber Lolita", "Child Rape" y "Children Forced to Porn"), por los que cada suscriptor debía pagar mensualidades de hasta 30 dólares.

El 8 de septiembre de 1999, agentes federales, en colaboración con la policía de Dallas, requisaron las oficinas de Landslide Productions y el hogar de la familia Reedy. El registro arrojó material pornográfico y los nombres de más de 250 000 suscriptores de los sitios de la compañía en Internet. La mayor parte de las fotos obscenas (involucrando a menores en el criminal negocio) venía del extranjero, especialmente de Rusia e Indonesia.

Los Reedy no solo ganaban más de un millón de dólares al mes a costa de clientes y suministradores en todo el mundo. Los materiales pornográficos también provenían de Estados Unidos: "No quiero que nadie piense que eso no pasa aquí, porque la utilización de niños con fines desvergonzados sí ocurre constantemente", enfatizó al Star-Telegram, Alan Holmes, jefe de la división suroeste del Servicio de Inspección Postal de Estados Unidos.

Los dos cabezas pensantes fueron encontrados culpables el primero de diciembre del pasado año. Bajo cargos de conspiración por la distribución y posesión de pornografía infantil, explotación sexual de menores y otros relacionados, Thomas Reedy fue sentenciado a cadena perpetua, y Janice Reedy a 14 años en prisión. Pero el caso no quedó cerrado.

OPERACION AVALANCHA

Luego de haber arrestado a los Reedy, los agentes federales y la policía de Dallas utilizaron a Landslide Productions para poner en marcha la "Operación Avalancha": siguieron atendiendo encargos de personas y realizaron entregas directas de material pornográfico. El correo se encargó de que nadie interfiriera ni alterara los envíos y de que se entregaran a las direcciones correctas.

Una vez que los paquetes llegaban, la policía local tenía suficiente "causa probable" para ordenar un registro. La operación, que duró dos años, se extendió a cientos de negocios y hogares en 37 estados, mientras una investigación internacional alcanzaba a otros cinco países, incluyendo a Indonesia y Rusia.

Según Kenneth Weaver, inspector del correo, desde 1997 las autoridades han rescatado a 400 niños de abuso sexual. La investigación arrojó casos horrendos como el de dos niños británicos (una hembra de 8 años y su hermano de 6) que eran obligados por su padrastro a posar... Un hombre de 36 años de Carolina del Norte, consultor en computadoras, produjo una colección de cintas de video en las que abusaba a niñas. Una de ellas solo tenía 4 años.

En un extenso artículo sobre el tema, los colegas Toni Heinzl y María Recio, del Star-Telegram, aseguran que cerca del 40 por ciento de las personas arrestadas por posesión de pornografía infantil tiene un historial de abuso sexual infantil: "De las 257 personas detenidas por inspectores del correo a nivel nacional en el 2000, 103 tenían expedientes criminales como abusadores sexuales de infantes".

Con estas noticias, la sociedad norteamericana vuelve a chocar con otro ejemplo de desprotección para sus hijos: callejones y esquinas oscuras en Internet, donde los niños pueden ser expuestos a materiales inapropiados o servir como objetos sexuales a personas aberradas. Recuerdo que solamente los Reedy ya habían superado los 250 000 clientes.

MIAMI, NINGUN NEGOCIO SUCIO LE ES AJENO

En su fantasía de Internet, "Paul" era un tipo de Fort Lauderdale, moderno, rubio, de mediana edad... Durante días estuvo en la red persiguiendo a su "princesa", una amorosa muchachita de 14 años de Port St. Lucie. La realidad se materializó el día en que "Paul" subió a su auto con condones y un osito de peluche y manejó hacia el norte para encontrarse con su Lolita online y tener relaciones sexuales con ella.

Para sorpresa de "Paul", su "princesa" resultó ser un investigador que puso fin a sus inmorales correrías cibernéticas. De la misma forma, en los meses recientes, las redadas contra la pornografía infantil en Internet han descubierto a varios prominentes surfloridanos, entre ellos el presidente del Sindicato de Maestros de Broward, un rabino de una venerable sinagoga de Boca Ratón, un veterano policía de Fort Lauderdale y un abogado de Miami.

"Cada uno de nosotros ha sufrido tremenda impresión por el calibre de las personas que hemos arrestado en los últimos meses", dijo Don Condon, un agente especial del Departamento de Policía de la Florida: "Esto niega el estereotipo de que los implicados en este negocio despreciable son viejos libidinosos", agregó el agente.

Una vez más, la ruta del dinero involucra a figuras públicas de la Florida en hechos criminales, ahora haciendo fortuna a partir de abusos sexuales a menores y comercialización de pornografía infantil. Según estadísticas, los casos han crecido de 131 (en 1996) a 1 541 el pasado año. Y cambian los métodos: computadoras y el uso de Internet tuvieron un papel importante en el 77 por ciento de los casos investigados.

Así van las cosas en el imperio que nos quiere imponer sus métodos de vida. Mientras Cuba se crece a su pobreza y lleva a la computación hasta el más remoto paraje de su geografía, explotando todas sus posibilidades educativas y de recreación, los Estados Unidos se enfrentan hoy a una de sus mayores epidemias: aquella que convierte a muchos niños en objetos de placer y les apaga el alma.

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