Los Festivales no deben morir, dicen en Argel

Yurien Portelles, enviada especial

ARGEL, 14 de agosto (PL).—Surgidos como un espacio para la confrontación de ideas, los Festivales Mundiales de la Juventud y los Estudiantes no deben morir nunca, clamaron hoy aquí miles de delegados a la cita argelina.

En el día para el recuento de estas reuniones, realizadas desde 1947,los oradores en la comisión sobre el tema argumentaron que, aunque con circunstancias diferentes, en el siglo XXI siguen existiendo razones para convocar a la juventud.

Quizás, dijo un estadounidense, ahora más que nunca es preciso que las generaciones presentes se reúnan y tracen planes de acción contra los procesos globalizadores, cuyos caminos conducen a la opresión de los pueblos.

Durante siete años, tras la caída del campo socialista y de la Unión Soviética, los jóvenes del mundo no tuvieron una sede para reunirse, hasta que en 1997 en La Habana hubo la iniciativa de ofrecer el país caribeño con ese propósito.

La idea fue promovida por el Presidente cubano, Fidel Castro, y tuvo amplia repercusión entre los jóvenes de todo el mundo, hasta su realización exitosa del 28 de julio al 5 de agosto de 1997.

En esa fecha arribaron a la Isla para ese encuentro 1 325 delegados procedentes de 132 países y en representación de más de 2 000 organizaciones juveniles.

La historia de los Festivales desde su génesis es la muestra más evidente del papel de la juventud mundial en los procesos políticos, sociales y económicos de las naciones, expuso un delegado palestino.

Para este orador, en el caso de su delegación este encuentro le ha servido para denunciar las agresiones de Israel contra su pueblo, que han costado la vida a cientos de jóvenes luchadores.

Es aquí donde podemos encontrar la solidaridad que necesitamos para nuestro pueblo, que se enfrenta con piedras a un enemigo poderoso y vence aunque tenga más víctimas, porque "un día la Palestina será un estado independiente".

Hernan, joven argentino, llegó a Argel para denunciar las políticas neoliberales aplicadas en su país, a cuyo presidente, comentó, "no le queda ya nada que vender".

Cuando estaba Carlos Menem en el poder no quedaba casi nada del pueblo, ahora mucho menos porque este (el mandatario actual) vendió lo que nos quedaba.

En la XV cita de este tipo, con sede en Argelia, los jóvenes participan en debates sobre justicia social, derechos humanos, paz y seguridad, al tiempo que intercambian experiencias sobre los retos de sus respectivas organizaciones frente a los grandes problemas de la humanidad.

Como resultado de las discusiones se han aprobado resoluciones y planes de acción que deberán ser distribuidos en todas las organizaciones juveniles progresistas.

El presidente de la Federación Mundial de Juventudes Democráticas, Iraklis Tsarvdaridis, dijo a Prensa Latina que al enemigo común de los pueblos (Estados Unidos) le esperan "sorpresas" en esta nueva era que comienza.

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