Con un nuevo mural de 90 metros cuadrados
sobre el tema ecológico, el arte parece adueñarse de las grandes paredes
de la ciudad de Pinar del Río de manera que esa tendencia plástica, a la
vista de todos, se afirma como otro símbolo de la provincia.
Esta pintura se suma al valle de Viñales,
las orquídeas, el tabaco o la profusa naturaleza, por solo citar algunos
atributos que distinguen al territorio más occidental de Cuba y que
bastarían para evocarlo en cualquier sitio del mundo.
El último de los murales, obra de 10
pintoras, cinco alemanas y cinco pinareñas, se ubica en el parqueo
exterior del gobierno provincial y forma parte de un proyecto coauspiciado
por la asociación FARFIEBER, el buró promocional Hermanos Un Mundo, la
dirección de Cultura y el Consejo Asesor para el Desarrollo de la
Escultura Monumental y Ambiental (CODEMA) de Vueltabajo.
En la ciudad llaman la atención otros
ejemplos de muralismo entre los que resaltan los situados en el parque
Colón, la céntrica calle Martí y el parque de la Independencia,
dedicados a la mujer, el desarrollo social y a la biodiversidad, temática
obligada en esta área conocida como El Jardín de Cuba.
Al frente del proyecto por la parte cubana,
el pintor Abel Morejón, explicó a la prensa que existe una válida
tradición de trabajo conjunto entre artistas alemanes y pinareños, a
partir del interés común por la naturaleza, que vence incluso las
barreras idiomáticas.
Pintores locales asumen obras similares en
otros municipios de la provincia, en tanto a nivel internacional se
desarrolla en muchos países una campaña de muralismo, línea que desde
su surgimiento en México a principios del pasado siglo, constituye toda
una fiesta para la apreciación de la plástica y mucho ha embellecido el
entorno citadino.
(AIN)