 Primer estimado cañero
Buen rendimiento en 253 unidades Juan Varela Pérez El rendimiento agrícola de la caña es hoy el punto más polémico y controvertido del sector azucarero. Directivos y especialistas califican la disminución de los volúmenes que se muelen como el problema más grave que enfrenta la producción azucarera.
Cualquiera de los elementos que conforman
la atención a la caña es decisivo, pero el control
de las malezas es de vida o muerte.
Los primeros estimados del año
—hasta el cierre de junio— ratifican que pese a las limitaciones de recursos y a la sequía de pasados meses, 253 unidades rebasaron las 50 000 arrobas por caballería.
En cambio otras 395 unidades —las hay UBPC, CPA, CCS y granjas estatales— no llegaron siquiera a las 30 000 arrobas por caballería. Algunas tienen la posibilidad de mejorar en los estimados en septiembre, si las áreas se libran de las malas hierbas y aprovechan las lluvias de las últimas semanas.
Las restantes, hasta completar las casi 1 650 unidades de base que existen en la actualidad, oscilan al comenzar julio, entre las 30 y las 50 000 arrobas por caballería.
El Ministerio del Azúcar ha orientado realizar los estimados campo a campo, con mucho rigor, profesionalismo y objetividad dada la importancia del conteo de cepas en la elaboración del plan de azúcar.
Por ahora, es imposible aspirar, en el país, al rendimiento de las décadas de los 80 cuando, de manera estable, se cosechaban más de 60 000 arrobas por caballería y en años como el 84 llegó a las 66 000. Este nivel se mantuvo hasta los inicios del período especial.
La falta de fertilizantes en una agricultura no preparada para ello, se hizo sentir con fuerza en los años siguientes al reducirse el tamaño y grosor de los tallos. A ello se unieron la escasez de petróleo, de piezas de recambio para la maquinaria e insumos básicos.
A esas realidades se sumaron otras de carácter organizativo
—aun presentes en las unidades de pobres rendimientos— que frenan igualmente el incremento del arrobaje por caballería. Disminuyó el parque de equipos pero, a la vez, hubo lentitud para incrementar la tracción animal muy eficaz en el control de las malezas e ineficiente uso de los recursos disponibles.
Mantener un alto grado de enyerbamiento por extensos períodos, incumplimiento de los planes de siembra y violaciones técnicas en beneficios fundamentales
—entre ellos la subsolación— por la poca exigencia de las direcciones administrativas, se asociaron en este pliego de causas que atentan contra la producción cañera.
A esto se suma una significativa reducción en los últimos años, por diferentes razones, de la superficie que va a zafra, tierras transferidas para cultivos varios, demoliciones sin reposición, campos dados de baja inconsultamente y otras.
El programa en marcha busca ir al rescate gradual de las áreas perdidas y a que no haya retoños de menos de 40 000 arrobas por caballería. Esta cepa garantiza el 70% de la caña que se cosecha. Hay 253 unidades que han demostrado tal posibilidad.
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