BOGOTA, 2 de agosto (PL).—Miles de
campesinos y pequeños caficultores colombianos cumplen hoy una tercera y
tensa jornada nacional de protesta con bloqueos de importantes rutas en
reclamo de mejoras para el sector, en medio de la represión
gubernamental.
Los manifestantes, quienes mantienen
bloqueadas 22 carreteras en 16 departamentos del norte, centro y sur del
país, se niegan a suspender el paro hasta tanto las autoridades no
acepten condonar las deudas de los campesinos con sus acreedores, una de
las principales demandas.
Exigen también el cese de importación
masiva de alimentos que causó la quiebra de los empresarios nacionales,
el otorgamiento de créditos suficientes y flexibles, así como el control
de los costos.
De acuerdo con informes oficiales, la
Policía tomó el control de cuatro carreteras en los departamentos de
Antioquía (norte) y Risaralda (centro), pero los huelguistas lograron
cortar el tránsito en Tolima y Boyacá.
El Ejecutivo ordenó ayer el uso de la
fuerza para despejar los caminos y poner fin a las protestas iniciadas el
pasado martes, lo que ha provocado violentos enfrentamientos entre las
partes.
Líderes del paro en Tolima informaron que
varios indígenas resultaron heridos tras los choques con los agentes de
policía, en tanto en Antioquía, la Unidad Cafetera Nacional denunció
los atropellos perpetrados durante los desalojos y el arresto del
coordinador de ese organismo, Jorge Gómez.
Igualmente fueron detenidos el ex
gobernador indígena Amado Carupia y el dirigente gremial Pablo Muñoz.
En medio del clima de tensión que reina en
todo el país, el gobierno condicionó un eventual diálogo con los
campesinos al cese de las protestas y la apertura de las vías.