Cumbre del G-7 signada por el fracaso y la violencia

Susana Ugarte

REUTERS    

GENOVA, 22 de julio (PL).—Una declaración final del Grupo de los siete países más industrializados (G-7) más Rusia deplora los destrozos registrados en esta ciudad durante las tres jornadas de la Cumbre que concluyó hoy aquí.

El G-7 agradeció la hospitalidad a los genoveses y con ese pronunciamiento pasó página de los aún incalculables daños derivados de su pomposo y militarizado encuentro en esta ciudad portuaria, ocupada militarmente esta semana.

Los habitantes de Génova reaccionan ya ante lo ocurrido y reclaman resarcimientos tras la batalla urbana que evoca este domingo la imagen de una urbe "el día después" de un ataque nuclear.

Según el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, es de lamentar que las imágenes e informaciones que el mundo ha recibido sea la de los desórdenes, violencia y el despliegue policial y militar llamado a garantizar la frustrada tranquilidad a sus deliberaciones.

En declaraciones a la prensa inmediatamente después de finalizar la reunión, Berlusconi consideró "una pena" que haya sido así, pues el G-7 realizó un trabajo que calificó de importante.

Tras reiterar que solo el modelo neoliberal puede traer bienestar a todos los pueblos, destacó las decisiones del G-7 presuntamente para ayudar al mayoritario mundo pobre.

Con un condicionamiento que traduce como telón de fondo una declarada autoexención de responsabilidad alguna sobre el hambre, las enfermedades, las guerras y la pobreza del Tercer Mundo, trazó pautas sobre la política a seguir en el Medio Oriente, los Balcanes, la península de Corea, África y demás regiones. Todo ello, según documentos aprobados en la Cumbre, con la premisa del esquema sociopolítico y económico del G7.

Entre otras condiciones sustentadas están la de una democracia y gobernabilidad a su estilo, ampliar las inversiones extranjera, libre comercio entre pobres y ricos y frenar los conflictos, que consideraron causa fundamental de la miseria africana.

Mucha tecnología, informática en particular y en formas renovables de energía, "ayuda" del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, entre otras conocidas fórmulas y recetas, fueron repetidas por el Premier italiano.

Berlusconi insistió en que los siete países más poderosos no quieren gobernar el mundo y que sus líderes trabajaron en Génova con "empeño y humildad". El G-7 no tiene "poderes coercitivos" para imponer pautas al resto del planeta, dijo.

La valoración más general aprecia como fracaso el saldo de esta cumbre que se dice reanudará sus deliberaciones próximamente en un apartado rincón de las Montañas Rocosas de Canadá.

La vida demostró, señalan los comentaristas y reconocen hasta los líderes del G-7, que no pueden sitiar las grandes ciudades para debatir sobre el futuro del mundo.

Subirtop.gif (129 bytes)