Crece la economía en un contexto de avances sociales

Félix López

ARNALDO SANTOS    

Cómo va la economía cubana, por qué caminos transitan la productividad y la eficiencia, qué pasa con el control y cuáles son las realidades que saca a flote el proceso de Perfeccionamiento Empresarial..., integran la agenda de la reunión del Consejo Ejecutivo de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) que comenzó ayer en esta capital.

Durante tres días, los hombres y mujeres que llevan las riendas de la economía en los distintos territorios del país, se reunirán para escuchar y debatir con los ministros José Luis Rodríguez, de Economía y Planificación; Lina Pedraza, de Auditoria y Control; Alvaro Pérez Morales, del Transporte; Manuel Millares, de Finanzas y Precios, y Francisco Soberón, del Banco Central de Cuba.

En la primera jornada, el ministro José Luis Rodríguez realizó una presentación de la situación actual de la economía cubana, en la que explicó que sus crecimientos en los últimos años están relacionados, fundamentalmente, con el crecimiento de la eficiencia.

Recordó que el ritmo de crecimiento de la productividad del trabajo entre los años 1960 y el 89 fue de alrededor de 2,6 por ciento, pero con un gran volumen de inversiones y una disponibilidad de recursos relativamente abundante. En el quinquenio que terminó ese ritmo fue de 3,5 por ciento, sobresaliendo como factores determinantes los organizativos, de orden subjetivo, la habilidad para la dirección y las decisiones en temas de política económica.

A ello se suma, positivamente, que el año pasado cerró con un nivel de inversiones de unos 3 500 millones de pesos. Indice que no es bajo si tenemos en cuenta que antes del período especial lo más que se alcanzó fue 4 500 millones. Y esa capacidad de recuperación, indudablemente, determina en el crecimiento.

El Ministro también informó sobre los resultados de la eficiencia energética en este período: en 1998 se alcanzó una producción de crudo nacional de 1,6 millones de toneladas aproximadamente. A partir del resultado en los nuevos yacimientos, donde ya se venía trabajando pretéritamente, la producción saltó a 2,4 millones de toneladas el pasado año, lo que da además un volumen de gas acompañante (que antes se quemaba) que pasa de los 500 millones de metros cúbicos.

Sin duda, aseguró, esto crea un panorama diferente y ya se prevén crecimientos de petróleo y gas (para el 2001) de un 25 por ciento, lo que equivale a unos 3 millones de toneladas de carburantes, con lo que la situación del país comienza a tener perspectivas mucho más favorables.

Elogió el camino escogido por importantes industrias que han disminuido considerablemente el consumo de portadores energéticos. En 1989 se utilizaban 499 toneladas de carburantes para obtener un millón de pesos de Producto Interno Bruto (PIB); el pasado año esa relación fue de 401 toneladas por cada millón.

El crecimiento de la economía, agregó, se da en un contexto de avance social que se ha ensanchado en los últimos años: aceptables índices de salud, nueve grados promedio en la Educación (uno más que antes del período especial), y un nivel de desempleo de 5,5 en el pasado año, con grandes posibilidades de seguir disminuyendo en el 2001, a partir de tres esferas fundamentales: la educación, la cultura, y la asistencia y seguridad social.

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