Cocodrilos de nuevo en su hábitat

Ramón Barreras Ferrán

CIENFUEGOS.—A pesar de que la población cubana tiene, en sentido general, una significativa conciencia de la extraordinaria importancia de preservar las especies en peligro de extinción, hay personas irresponsables que solamente piensan en el beneficio económico particular y no en el daño ecológico que provocan al sacar de su medio natural a ejemplares cuya caza o pesca está prohibida por las regulaciones vigentes. Sobre ellos, inobjetablemente, tiene que caer el peso de la ley.

Así ocurrió con los violadores que pretendieron comercializar la carne y la piel de más de 20 cocodrilos de la especie rombiff, en la Ciénaga de Zapata, y que fueron descubiertos por personal de la Oficina de Inspección Pesquera de esta provincia, responsabilizada con la custodia de esa región del territorio matancero.

Además de ocupárseles los ejemplares, los que de inmediato fueron devueltos a su medio natural de vida, los infractores tuvieron que pagar multas entre 500 y 5 000 pesos, según establece el artículo 51 del Decreto-ley 164, reglamento de pesca.

Orlando Díaz Padrón, jefe de esa oficina en Cienfuegos, explicó que en esa región, de un valor extraordinario por sus singulares características ecológicas, laboran de manera permanente dos inspectores, miembros del grupo operativo de Playa Larga, que desarrollan un eficaz trabajo y han sido los protagonistas principales del enfrentamiento a quienes pretendieren comercializar cocodrilos para el beneficio personal.

Por otra parte, indicó que en lo que va del actual año se han decomisado en el territorio cienfueguero dos toneladas de productos pesqueros, fundamentalmente, camarones y pescado, así como decenas de atarrayas, redes, botes, equipos de caza submarina, bicicletas y motos.

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