 Desde
casi el centro del mundo Los hijos de Gabriel JOEL
GARCIA
Tranquila, limpia, salpicada por el mar Atlántico y orgullosa de sus
manantiales amanece desde hace cientos de años, Luba, capital de la
provincia ecuatoguineana Bioko Sur. Los niños cargan la alegría de
siempre y apenas reparan en los pocos —casi ninguno— abuelos que miman y
complacen. Las mujeres parecen multiplicadas miles de veces en la casa, en
las calles, en el trabajo.
Es un día normal. Gabriel, pediatra cubano, espera en el balcón el vehículo
de la Orden Carmelitas Misioneras, hermanas que comparten con él la
atención del hospital Enrique Gori Molubela. Sus hijos crecen en
Placetas, Villa Clara, y hace trece meses aquí también. "Buenos días,
doctor", lo interrumpe un niño de 5 años en la acera. Se cruzan saludos
y ya está en marcha.
LA HISTORIA DE SORPRESA "Hijos míos: "Los quiero tanto que no puedo dejar de contarles cosas. Su padre anda
por tierras lejanas y ha encontrado niños preciosos, pero que sufren
mucho cuando se enferman. Ahora mismo estoy atendiendo una que se llama
Sorpresa. Sí, no se extrañen del nombre. Le pusieron así porque resultó
sorpresa su salvación. Llegó a mis manos con paludismo de 4 cruces —el
más violento—, anemia y unas llagas en la piel que se le complicaron, se
pusieron feas por días. "El tratamiento era costoso y complicado, pero su padre salió de Cuba
para salvar no para ver morir niños. Poco a poco fue mejorando. Dos
transfusiones de sangre, curas desgarradoras y dolorosas donde el llanto
inicial cedía ante el alivio y la mejora, así como un estricto cuidado
en su alimentación permitió recuperarla. Les juro que lloré un día en
esas curas, tan solo uno, porque el amor y la vida también conocen de
llantos. La medicina que necesitaba urgente Sorpresa valía muy cara y su
familia solo alcanzó a comprar una dosis de las 7 que le receté. Esa
sola le costó casi 13 dólares. En Cuba la ponemos gratis.
"Les cuento esto y no se espanten. Verán las fotos y sentirán en carne
propia cuánto amo a los niños de aquí, tanto como pienso en ustedes.
Pronto les vuelvo a escribir. Saludos a mami".
FUERA DE AMARRES, JACINTO Y MIRIAM "Queridos Gaby y Denia:
"Vuelvo a escribirles desde Luba. Vean el parecido del nombre al de
nuestro país, pero está a miles de kilómetros de ustedes. Imagino que
les vaya de maravillas en la escuela y que estén ayudando mucho a mami.
Esta semana sentí que los acariciaba y no fue solo idea, los acaricié.
Dos hermanitos, Jacinto y Miriam, fueron traídos a mi consulta por
epilepsia. "Por supuesto que ellos no sabían que lo que tenían se llamaba así.
Decían sus padres que los niños estaban dominados por un Mal, un
demonio, porque esa enfermedad provoca ataques, arranques muy fuertes en
los que se pierde el control del cuerpo y las personas sufren caídas,
convulsiones y otras manifestaciones violentas. Como les daba tan
repetidas veces, 5 y 6 al día, su mamá los amarró. A Miriam en la cama,
al hermano en una silla. Lo primero que hice fue hablar con los padres.
Ellos no creyeron en mí porque ya habían probado con los curanderos y la
medicina tradicional. "En un mes se les controló todo. Jacinto se incorporó a la escuela y
Miriam —la más afectada— está caminando sola, entiende lo que uno le
dice y quizás hasta aprenda a coser. Qué cariñosos son. El día que
regresé de vacaciones se abrazaron a mi cuello que casi me lo arrancan.
Desde ya ténganlos como sus hermanitos. La vida sigue y jamás los
olvido. "Saludos a mami".
DE CUBA A LUBA "Papi:
"Sabemos todo lo que estás haciendo allá. El tiempo es lento, pero pasa
y ahorita estás con nosotros. Gabrielito se está portando bien y ya me
hace caso. Yo saqué 100 en las pruebas del primer semestre. La secundaria
es difícil, pero para lograr algo en la vida hay que estudiar mucho como
tú me dices. "Mami también te extraña y cuando vemos la tele pensamos cuándo te
sacarán por ella, en uno de esos reportes. Salúdame a todos esos niños
que has curado y coge fuerza para seguirlo haciendo. No estamos celosos de
ellos. Aprendemos y te queremos más con cada carta. Al final lo más
importante es que todos, ellos y nosotros, somos tus hijos".
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