 Tras disturbios en Salta
Gobierno llama a la tranquilidad y la policía sigue reprimiendo
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AP
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BUENOS AIRES, 18 de junio .—El gobierno argentino exhortó hoy al diálogo y la paz social para superar la grave situación en Salta, a 1 600 kilómetros de Buenos Aires, donde el domingo se reportaron dos muertos y decenas de heridos cuando la Gendarmería desalojó una ruta cortada por trabajadores y desocupados que cumplían una protesta, indica ANSA.
El ministro del Interior, Ramón Mestre, hizo una "exhortación a la paz, para que los espíritus se tranquilicen" y dijo que "lamentamos los hechos de violencia en Salta".
Poco después del mediodía de hoy unas 700 personas fueron reprimidas por la policía en Buenos Aires, cuando intentaban realizar una manifestación de protesta frente a la sede de la Casa de Salta (especie de Embajada de la provincia) a escasas cuatro cuadras del palacio presidencial.
Los manifestantes, convocados por partidos de izquierda para protestar por las muertes ocurridas en Salta, marcharon luego hasta la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada (sede del gobierno), pero fueron controlados por la policía en una ciudad con sus calles prácticamente vacías por el feriado nacional que se cumple hoy.
Según PL, las autoridades argentinas sacuden hoy la cabeza ante el fantasma de un movimiento guerrillero, el cual diversos rumores señalan que existe en Salta.
Sin embargo, el secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov, negó este lunes la existencia de tal foco insurgente en esa región, escenario de los fuertes enfrentamientos en las últimas horas.
"No creo que exista guerrilla", dijo Mathov, aunque opinó que en algunos momentos "se están volviendo a escuchar cantos de sirena" sobre "tomar las armas para solucionar los problemas del país".
El alto funcionario gubernamental criticó duramente a las personas y círculos que comienzan a opinar que las "las injusticias económicas justifican agarrar las armas para resolver los problemas".
La crisis social en Salta, donde existen miles de desempleados, ha creado, a juicio de observadores locales, un clima de protesta que puede extenderse a otras localidades del país y alcanzar proporciones de crisis nacional.
A tenor con esas realidades, algunos analistas políticos, opositores y medios de prensa locales, se han hecho eco de rumores sin confirmar que señalan el surgimiento de un asentamiento guerrillero en Salta.
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