Empresas de EE.UU. quieren ser dueñas de América Latina con el ALCA

WASHINGTON, 13 de mayo.—La intención de las mayores empresas transnacionales de Estados Unidos de apoderarse de la economía latinoamericana mediante el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), quedó patente con la publicación de una misiva enviada al gobierno de George W. Bush acabada de revelar.

Según dio a conocer Notimex, los principales gigantes corporativos de Estados Unidos pidieron a la Casa Blanca lograr que el ALCA permita que todas las inversiones puedan tener 100 por ciento de capital extranjero.

Las empresas pidieron "manos libres" a la inversión foránea bajo el ALCA.

Estos gigantes, que vieron fracasar el secretísimo Acuerdo Multilateral de Inversiones a nivel mundial al ser divulgado el contenido de lo que se discutía a espaldas de la opinión pública, vuelven a hacer énfasis en sus apetitos económicos y destacan que "la inversión internacional es condición sine qua non para que las firmas estadounidenses compitan exitosamente en la economía globalizada...".

Los empresarios desean que tanto el ALCA, como los acuerdos bilaterales con Chile y Singapur eliminen todas las barreras de entrada a la inversión y permitan 100 por ciento de capital extranjero, con lo cual pueden tragarse completamente a las empresas nacionales que les convengan.

Además, piden protección contra expropiaciones directas o indirectas, incluidas salvaguardas contra regulaciones que erosionen el valor de los activos, así como garantías de que disputas con los gobiernos puedan ser llevadas a paneles arbitrales.

Sus firmantes parecen extraídos de una página del "Quién es quién" del mundo corporativo: Chevron, Daimler-Chrysler, Dow Chemical, DuPont, Eastman Chemical, Estee Lauder, Ford, General Electric, General Motors, Honeywell, International Paper, 3M, Motorola, Procter & Gamble, Texaco y UPS, entre otras.

La carta fue enviada a los funcionarios estadounidenses un día antes de la Cumbre de Quebec, pero trascendió solamente esta semana, cuando fue entregada al subcomité de Comercio de la Cámara de Representantes.

Dada la tendencia del gobierno norteamericano de responder a los intereses de las transnacionales, es prácticamente seguro que su demanda será llevada por el gobierno de Bush para tratar de imponerla a los latinoamericanos.