PINAR DEL RIO.Una tremenda ofensiva que se hizo
sentir con más fuerza en el último tercio y el pitcheo completo de Ormari Romero le
dieron a Santiago de Cuba una abultada victoria en el primer choque de la serie final por
el título de campeón cubano de béisbol.
 |
RICARDO LOPEZ |
Meriño inició el ataque.
Los doble campeones nacionales demostraron cuánta
garra poseen y primero descontaron dos de una desventaja inicial de tres carreras, frente
a un Faustino Corrales que los había retirado de 1-2-3 en el primer tercio y luego se
fueron arriba, para finalmente darles con todo a los relevistas Pedro Luis Lazo y Omar
Ajete.
La afición pinareña dio rienda suelta a su alegría
cuando los pativerdes marcaron tres anotaciones, las dos primeras impulsadas por Juan
Carlos Linares con un triple, conexión que no pudo ser fildeada por Isaac ni Reutilio (no
se pusieron de acuerdo y el segundo fue al suelo por varios minutos), y la última por el
único jit de Daniel Lazo. Pero una entrada más tarde, esa misma afición enmudeció
cuando después del sencillo de Isaac primer indiscutible que permitía el zurdo de
Mantua, Rolando Meriño chocó con fuerza una recta y sacó la pelota de jonrón por
el jardín izquierdo.
Pinar amplió la diferencia en ese mismo capítulo
sacándoles provecho a las marfiladas de Manuel Benavides y Rolando Meriño. Pero como
dicen que donde las dan, las toman, los indómitos se fueron arriba en el sexto al
fabricar racimo de tres anotaciones, durante el cual el lance más significativo fue el
costoso error del antesalista José Estrada Díaz, quien luego de aceptar el roletazo de
Pierre y forzar a Pedro Poll en la antesala, tiró mal a la inicial al tratar de completar
la doble matanza.
Todavía los dueños de casa estaban en juego,
perdiendo por una y con Lazo en el box. Pero esta no es al menos hasta el
momento la mejor temporada del veloz derecho y, tras sacar el cero del séptimo, fue
víctima de la ofensiva de sus adversarios: cañonazo de Kindelán al centro, doblete de
Antonio Pacheco (su número 356, para convertirse en líder absoluto del casillero,
rompiendo un empate con otro estelar de nombre Antonio, Muñoz), larguísimo tubey de
Ariel Cutiño por el centro del terreno y sencillo de Pierre al izquierdo.
Jugando con bola viva, tres carreras no son mucha
diferencia que digamos, mucho más si se es home club. Pero la aplanadora se encargó de
confirmar su primera victoria de esta final con otro racimo de carreras, el mayor del
choque, a costa del zurdo Omar Ajete, cuando con dos outs y los ángulos congestionados
por un par de boletos y el tercer jit de Kindelán, Pedro Poll soltó una línea que el
jardinero central Juan Miguel Miranda trató de fildear de cordón de zapato... pero la
bola picó, se extendió, y Poll dio la vuelta acreditándose un cuadrangular dentro del
cuadro.
Mientras todo esto sucedía, Ormari se plantó en el
box con todos sus seis pies y medio de estatura y a partir del quinto colgó cero tras
cero. Llegó a retirar a los últimos once hombres por su turno y en el último tercio fue
un prodigio de eficiencia: solo 31 lanzamientos, para completar 115 durante todo el
trayecto, de ellos 79 en la zona de strike y 36 bolas, con tres ponches y un solitario
boleto.
Hoy, el estadio Capitán San Luis será el escenario
donde se efectuará el segundo choque de esta finalísima. Higinio Vélez anunció como
abridor al olímpico Norge Luis Vera, mientras Jorge Fuentes colocará la Mizuno en las
manos de José Ariel Contreras, quien irá en busca de la victoria número 100 en su
carrera deportiva.