El legendario Septeto Nacional permeó al son oriental de elementos propios del guaguancó y de las antiguas claves habaneras, adquiriendo así este complejo sonoro un sello inconfundible que se conoce como son urbano, basado principalmente en obras de Ignacio Piñeiro. Por ello es importante que el VI Encuentro Nacional de Septetos, que lleva su nombre —12 al 14 de mayo—, haya puesto como condición que cada una de las agrupaciones participantes interprete una de sus obras.

El caso es que el foro se ubica en fecha cercana al natalicio de Ignacio Piñeiro (21 de mayo de 1888), quien nos legó más de 300 obras que recrean el amplio espectro de nuestra música (Echale salsita, Suavecito, Esas no son cubanas, Mentira, Salomé...), y otros clásicos nuestros.

Aunque muchas trascendieron internacionalmente, hay otras composiciones que no se conocen tanto y esta es una forma de que lleguen a las nuevas generaciones de músicos que han adoptado este tipo de formato, para que las interpreten atendiendo a su formación técnica y a la época que les ha tocado vivir.