Un nuevo logro científico del Centro de Biofísica
Médica de la Universidad de Oriente está dando sus frutos: el Angiodin PD-3000, un
sistema microcontrolado para el diagnóstico de las afecciones circulatorias periféricas.
Dicho solo así, la magnitud del beneficio no está expresada, ni tampoco su alcance
social, económico y perspectivas para la medicina cubana.
Las
enfermedades cardiovasculares clasifican entre las primeras causas de morbi-mortalidad en
los países desarrollados, y dentro de ellas, las afecciones circulatorias tienen una
particular incidencia. El diagnóstico precoz de estas dolencias es fundamental para
enfrentarlas, y es ese un objetivo principal que se logra con el Angiodin PD-3000.
Un informe del Instituto Nacional de Angiología y
Cirugía Vascular (1997), revela que en nuestro país fueron atendidos durante ese año
unos 14 000 pacientes en consultas externas y se produjeron más de 1 500 ingresos, 1 800
operaciones y cerca de 400 amputaciones.
En correspondencia con tal situación, el Angiodin
PD-3000 resume el objetivo de diagnóstico temprano, tratamiento oportuno y adecuada
rehabilitación para evitar males traumáticos.
¿Qué enfermedades pueden ser diagnosticadas con este
equipo? La insuficiencia arterial periférica, micro y macroangiopatías diabéticas,
síndrome de salida torácica, disfunción sexual erectil, vasoespasmo arterial,
desórdenes electromecánicos y arritmias, y determinar también los niveles óptimos para
la amputación.
Según las especificaciones del pequeño equipo
que puede viajar en los bolsillos de las batas de quienes lo utilizan el
especialista se favorece con la automatización de las pruebas y la mayor fiabilidad de
los resultados, superior objetividad en el análisis de las pulsaciones arteriales, más
rapidez y sencillez en la realización de los estudios, no dependencia de otros equipos
para visualizar datos y presentación de resultados con facilidad de interpretación,
entre otras ventajas.
Otro dato avala la importancia de este logro que marca
el primer intento cubano en el desarrollo de un equipo para el registro de las ondas de
pulso y su aplicación en el diagnóstico de enfermedades vasculares periféricas: antes
de surgir este pletismógrafo, solo tres de los 47 servicios angiológicos especializados
contaban con esa técnica.
Pletismógrafos existen en el mercado de equipos
médicos, pero es práctica que se oferten como parte de bloques que incluyen otros medios
diagnósticos, con precios elevados que oscilan entre 15 000 y 30 000 dólares.
En Santiago de Cuba se han producido ya 32 Angiodin
PD-3000, lo que ha permitido su uso en 17 hospitales de diez provincias cubanas y en esa
fase de construcción se encuentran otros 30 que fortalecerán los servicios en otros
centros.
Se asegura
por sus creadores la posibilidad de extender en el país la pletismografía de impedancia,
base para el desarrollo de estudios no invasivos del sistema venoso, principalmente los
relacionados con el diagnóstico de la trombosis venosa profunda.
Se evalúa, además, su introducción en los servicios
de atención médica primaria y abarcar así otras especialidades, como la cardiología,
endocrinología, oftalmología y la vigilancia de pacientes en estado crítico, además de
asociar el Angiodin a los equipos de resonancia magnética de imágenes que se fabrican
por el propio Centro de Biofísica Médica.
Se concibe también para nuevas investigaciones de
otras enfermedades, como la siklemia, problema actual de salud para Cuba y el mundo.
En este hecho científico está el valioso aporte de
una institución prestigiosa como el Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular
y la colaboración del hospital provincial Saturnino Lora, de Santiago de Cuba, y el
Instituto Central de Investigaciones Digitales.
Los jóvenes ingenieros electrónicos Manuel Bárbaro
Cuadra Sanz y Alexis Corzo Fornaris, autor y coautor, respectivamente, resumen este logro,
calificado de Relevante por el XIII Forum Nacional de Ciencia y Técnica.