Pese a todo, a ser el béisbol un deporte en el cual se
acuñan frases como "hasta el out 27 no hay nada escrito", "la pelota es
redonda y viene en caja cuadrada" con las cuales se intenta apresar toda la
veleidad que en ocasiones encierra, la final de la XL Serie Nacional será idéntica
a su predecesora: Pinar y Santiago batallarán nuevamente por el título de campeón.
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Higinio Vélez
y Jorge Fuentes,
dos buenos
directores
frente a frente. |
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RICARDO LOPEZ |
Así, la pelota impuso su lógica. Son ellos,
pativerdes e indómitos, los dos mejores equipos de Cuba. Los monarcas occidentales
blasonan con razón, de poseer un cuerpo de pitcheo sólido, sin fisuras. Los
titulares del Oriente afirman también con irrefutables argumentos, que a la
hora de batear, nadie se les puede comparar y que hombre por hombre son ellos los más
completos.
Pero los equipos de béisbol no caminan solos.
Necesitan dirección. Y en eso, también pinareños y santiagueros se llevan por delante
al resto de los competidores. Jorge Fuentes e Higinio Vélez sobresalen con luz propia en
una tarea harto ingrata, donde también existen frases lapidarias: "en la pelota,
cuando se gana, ganan los peloteros. Cuando se pierde, pierden los managers".
Ahora, a escasas horas de una batalla que comenzará en
el San Luis el domingo y continuará el lunes, para después trasladarse al Guillermón,
ambos mentores barajan estrategias, algunas de primera magnitud como ¿quién será mi
pitcher abridor?, ¿a quién coloco de designado?, ¿cuáles serán los relevistas?,
¿mantengo la misma alineación?
La primera pregunta no es nada difícil para Jorge.
Hace ya cinco días sus lanzadores descansan, y entrenan, por supuesto. Y en una serie de
siete juegos a ganar cuatro, siempre resulta aconsejable abrir con el primer hombre en la
rotación, quien estaría listo para volver al montículo el cuarto juego y el sexto o el
séptimo, según sea el caso. Ese hombre tiene, al menos en Pinar, nombre y apellido:
José Ariel Contreras.
Higinio, sin la presión del juego, que él intenta
diluir con su infatigable caminar por el dugout, analiza cuidadosamente dos posibilidades.
La primera es utilizar a Ormari Romero, quien se encaramaría en la lomita con ocho días
de inactividad, pues no trabaja desde el sábado 5 de mayo. Pero esto cambiaría la
rotación por completo. La segunda es volver a las andadas con su as Norge Luis Vera, con
la sombra de haber lanzado nueve entradas completas el miércoles y, por tanto, enfrentado
al calor de una tarde dominical al cuarto día. De optar por la primera, Vera abriría el
lunes (presumiblemente ante Lazo) y el miércoles una revelación que responde al nombre
de Danny Betancourt rivalizaría en Santiago con el zurdo Faustino Corrales, cuya curva es
difícil de batear a la luz del día... y mucho más de noche.
Ante la ausencia de abridores de la mal llamada
"mano equivocada" en el conjunto indómito (los dos Rodríguez, Alexis y Rubén,
han lanzado de conjunto 2 y un tercio desde los cuartos de finales), Jorge Fuentes pudiera
inclinarse a utilizar en exclusiva a Lázaro Arturo como designado en lugar del jonronero
Peraza, lo cual le restaría poder a una alineación que, al menos hasta el momento, no
cuenta con Omar Linares.
Aquí, Higinio está exento de preocupaciones.
Kindelán sigue siendo Kindelán contra zurdos y derechos. Pero, quizás, ante Contreras y
Lazo, el mentor santiaguero esté pensando en traer de nuevo a Fausto Alvarez, un jugador
hecho para jugar play off y juegos cruciales, con el novato Yoelmis Poll en la banca ante
cualquier contingencia. Ariel Cutiño, dos sencillos en doce turnos, no ha respondido a
las expectativas en lo que a ofensiva se refiere.
Hablar de pitcheo relevo en Cuba es algo así como
mencionar la soga en casa del ahorcado. En los cuartos de finales, por citar un ejemplo,
los apagafuegos hubieran podido tomarse unos días de asueto pues los abridores actuaron
indistintamente en ambas funciones. Después, en semifinales, esto varió y ya los Pagán,
Cortina y Ajete asumieron sus funciones. No olvidar que ahora son siete juegos a ganar
cuatro, sin mucho descanso, ya que, presumiblemente, la final no pasará de nueve días de
extensión.
El enfrentamiento se presenta, a simple vista, como un
duelo tradicional entre pitcheo y bateo. Pero bateadores tiene Pinar, aunque menos. Y
pitchers tiene Santiago, aunque no tantos. Vueltabajo va por la revancha, para sacarse la
espina de la barrida anterior. La Aplanadora sueña con el tricampeonato, después de
vencer el año pasado a ritmo de conga. Esta vez, al menos esta vez, disculpen ustedes si
no doy favoritos.