Esa porción de la geografía nacional donde se asienta el más importante polo turístico de playa cubano, Varadero, y tienen lugar trascendentes crecimientos en las producciones de electricidad, petróleo, gas natural y cítricos, entre otros vitales rubros, registró un rendimiento por trabajador superior en alrededor del 14 por ciento al planificado para esos doce meses y en casi 19 al de igual período anual precedente.

Además de consolidarse en ese aspecto entre las mejores de la Isla Mayor del Caribe, la provincia que sirvió de escenario hace 40 años a la primera derrota militar del imperialismo yanqui en Latinoamérica, de manera simultánea, recortó en casi 13 centavos el costo salarial por peso de producción mercantil y abonó cantidades mensuales promedio por ocupado que ascendieron entre seis y siete pesos en cada centenar.

Si hoy los trabajadores matanceros figuran asimismo entre los mejores pagados de Cuba, en esa consecuencia toman una influencia multiplicadora los sistemas salariales que rigen según el resultado del trabajo, y de forma particular, los estímulos adicionales que se liquidan en monedas nacional y libremente convertible o se otorgan en servicios y especies.

Ya a fines del 2000 se les aplicaban dichas fórmulas a casi 85 mil, de algo más de 119 mil trabajadores vinculados a la producción y el comercio con posibilidades de ser así compensados, y el efecto benéfico del principio de retribución prometía fortalecerse con la paulatina incorporación de un mayor número de centros laborales al Sistema de Perfeccionamiento Empresarial.