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 ¡Semifinal oriental promete!
Camagüey... ¿la sorpresa?
SIGFREDO BARROS
Es un lugar común entre los que formamos esa
familia comúnmente denominada prensa deportiva calificar de "sorpresa" una
actuación individual o colectiva que no corresponda a los pronósticos precompetencia. Y
confieso que cuando emití mis previsiones de lo que podría suceder en los cuartos de
finales, me incliné por Villa Clara sobre Camagüey.
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| RICARDO LOPEZ |
Loidel Chapellí, un huracán
agramontino con el bate en la mano.
Llamaba la atención de todos los
especialistas el paso de la selección naranja, máxima ganadora de juegos junto a Pinar
del Río, y la velocidad en función de la ofensiva puesta en juego por los
villaclareños, único conjunto con más de 200 intentos de robo a través del calendario
regular.
Pero la realidad del terreno se impuso y ahí,
a la hora de la verdad, los camagüeyanos dirigidos por Miguel Borroto jugaron mejor,
mucho mejor, de tal forma que ni siquiera permitieron que la serie regresara al Sandino,
sino que se decidiera allí, en el Cándido González, repleto de punta a punta por una
afición ardorosa, que no desmayó ni un segundo a la hora de alentar a su equipo.
Vicyohandri,
una revelación del pitcheo cubano.
Tuvo Camagüey dos hombres todo inspiración.
Uno de ellos fue el derecho de 21 años Vicyohandri Odelín, un lanzador que posee
experiencia internacional en categorías inferiores (15-16 y juveniles), devenido toda una
revelación del pitcheo cubano. Odelín tiene un repertorio de grandes: recta de 93-94
millas, curva, slider y sinker. Pero, por encima de todo, tiene lo que un lanzador
necesita para escalar escaños superiores: aplomo, nervios de acero para enfrentar
situaciones difíciles, como cuando los naranjas le empataron el tercer juego que, a
todas luces, resultó decisivo, por una imprecisión de su torpedero y luego,
crecido en estatura, retiró los innings octavo y noveno a ritmo de conga, sin permitir
siquiera un fly a los jardines.
El otro ya tiene experiencia. Fue, incluso, el
inicialista regular del equipo Cuba en el Mundial Italia-98. Loidel Chapellí, aún sin
cumplir los 30 años, resultó un azote para el pitcheo villaclareño, decidiendo de forma
espectacular el tercer partido con su jonrón en el noveno y, de nuevo, diciéndole adiós
a la Mizuno en el cuarto, para rematar un racimo de cinco que sepultó las aspiraciones de
sus adversarios.
Instantes después del resonante triunfo, el
mentor Miguel Borroto, en declaraciones al corresponsal de Granma en esa provincia,
Enrique Atiénzar, elogió el comportamiento de todos sus discípulos, "ejemplos de
disciplina y de cohesión, de lucha y de entrega, inspirados en el ejemplo de Miguel
Caldés, desaparecido en accidente automovilístico a inicios de la campaña, un jugador
estelar que no por casualidad representó a nuestro país en dos Juegos Olímpicos".
Tienen ahora por delante los representantes de
la acogedora y hospitalaria tierra de los tinajones una ardua tarea por delante. Santiago
nadie lo duda, es el equipo más potente del béisbol cubano hoy por hoy. Lo
demostró en Bayamo, haciendo caso omiso de un cuerpo de lanzadores estelares, a los
cuales les conectó 32 indiscutibles en 18 innings.
Pero Camagüey está inspirado, tiene más
lanzadores de clase que los indómitos y puede batallar de tú por tú con los discípulos
de Higinio Vélez. ¡Promete de verdad la semifinal oriental!
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