NACIONALES

¡Temblaron las plazas!


Silvia Martínez

Reflejo de esa Patria que reclamara Martí: unida, fusión dulcísima de amor y esperanza, la desafiante Marcha Combatiente de millones de cubanos a todo lo largo y ancho del país se constituyó en demostración de democracia viva de un pueblo dispuesto a defender soberanía, independencia y su conquista suprema, la Revolución.

Temblaron nuestras plazas, en un nuevo combate victorioso de David contra Goliat, en ese referendo enardecido de votos directos, abiertos y a viva voz por la continuidad de la  Revolución, el socialismo y la guía suprema de nuestro Partido y Fidel.

Millones de cubanos desfilaron este Primero de Mayo en multitudinarios y compactos bloques, en una celebración austera y brillante, alegre y comprometida, que abarcó a todos los poblados del país.

En la Plaza de la Revolución José Martí, ni la amenazante lluvia osó apagar la pólvora que encendía el corazón de cientos de miles de cubanos bajo la mirada guía del General de las Cañas, Jesús Menéndez, a cuya figura se dedicó este año el Día del Proletariado.

Niños, jóvenes, ancianos, mujeres, hombres; trabajadores, campesinos, combatientes, estudiantes, jubilados, amas de casa: todos pueblo, colmaron la Plaza con nuestro más sagrado símbolo: la bandera cubana, muchas de gran tamaño, y también con numerosos carteles de disímiles facturas, creados con más o menos recursos, y en ellos la expresión clara de confianza y apoyo a Fidel, quien desde la tribuna, junto a otros dirigentes revolucionarios, no cesó de saludar a su pueblo en las dos horas que duró el desfile.

Fue la respuesta, otra más, a quienes intentan imponernos sus esquemas de democracia, a los que inventan falacias contra nuestro sistema político, a los que hablan de falta de libertades y derechos humanos.

Estos duros años de período especial, como dijo Pedro Ross, secretario general de la CTC, en su alocución, nos demuestran de modo muy claro, que este Estado es nuestro Estado, que este sistema político y de gobierno es el nuestro, el que hace a nuestra Patria definitivamente libre y soberana.

También este fervoroso y patriótico desfile fue un gesto de agradecimiento a quienes desde todas las latitudes, cifran en nosotros sus mejores esperanzas y expresan en cada gesto solidario su aliento a la resistencia.

Una gran cantidad de extranjeros, residentes en Cuba, de visita, turistas, se sumaron al desfile de pueblo y particularmente, cerca de mil viajaron a La Habana solo con el fin de estar al lado de Cuba. Compartieron así, muchos de ellos, la tribuna con nuestro Comandante en Jefe, con héroes del trabajo, hombres y mujeres vanguardias nacionales, dirigentes del Partido, el Gobierno, la CTC, la UJC, organizaciones de masas, cuerpo diplomático y otros invitados a los festejos de la efeméride.

Al final, cuando el arrollador paso de ciclistas cerró la marcha, y la banda gigante y el coro de las 2 000 voces cesaron sus acordes, quienes desde arriba contemplamos la marcha sentimos esta demostración como un regalo del pueblo a Cuba, de los trabajadores a los mejores hijos de la Patria y el más fiel reflejo de cómo y quiénes defienden nuestra libertad. (Más información)


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