ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
En el aula de computación está la muestra de cómo eran las paredes de la edificación en su estado original. Foto: Juvenal Balán

Trato de imaginar el siglo XIX, época donde cualquier pobre, sin importar raza, valía menos que un perro... y La Habana en la que José Martí habitó en diferentes barriadas.

En el año que nació, 1853,  La Habana ya tenía 334 años de fundada y su población se estimaba en unos 150 000 habitantes. La muralla lindaba el territorio y mientras en intramuros vivían los peninsulares, en extramuros anidaban los criollos.

Martí pasa un tiempo en la casa de su maestro Rafael María de Mendive, en Prado 88, mientras la familia reside en Marianao. Estudió primero en el Colegio San Anacleto, de Rafael Sixto Casado, en Reina 109, donde conoció a Fermín Valdés Domínguez, quien fuera su gran amigo, y también se formó en el Colegio San Pablo, de Mendive, entre otros.

Camino por el Prado en el Siglo XXI y las imágenes de la película de Fernando Pérez, José Martí: El Ojo del Canario, se agolpan en mi mente.

Estoy en Prado equina a Ánimas. Majestuosa construcción colmada de balcones. Una de las más hermosas casas del Prado habanero, antiguo Colegio San Pablo. Aquí estudió el niño Pepe y en la actualidad lo hacen 450 niños desde los grados de preescolar hasta 6to. Es un honor estar allí donde se forjó nuestro Apóstol.

Al entrar, junto a las banderas, un pensamiento martiano. Foto: Juvenal Balán
La escalera caracol también viene de los orígenes. Foto: Juvenal Balán
Se llenó de vida y ángeles, otra vez, el antiguo Colegio San Pablo. Foto: Juvenal Balán
La Biblioteca conserva la forma original, toda en madera, y los libros se alzan a más de cinco metros del suelo Foto: Juvenal Balán
Las 19 aulas de la escuela tienen mesas y sillas de madera. Foto: Juvenal Balán
La poesía martiana en voz de los actuales alumnos es un hecho. Foto: Juvenal Balán
De manera didáctica aparecen las normas del aula. Foto: Juvenal Balán
José Martí y su ejemplo distinguirán a este centro educacional . Foto: Juvenal Balán
Martí vio en la escuela el espacio imprescindible para fraguar el espíritu. Foto: Juvenal Balán
En una de las paredes, la partitura y letra del Himno de Bayamo. Foto: Juvenal Balán
Grandes de nuestra historia enriquecen la vista del estudiante. Foto: Juvenal Balán
El Maestro y su discípulo, título de la obra de José Villa Foto: Juvenal Balán
«Hombres recogerá quien siembre escuela», dijo José de la Luz y Caballero. Foto: Juvenal Balán
Educar y aprender en el mismo colegio donde una vez estudió el Apóstol, servirá de motivación para las nuevas generaciones de alumnos y maestros. Foto: Juvenal Balán
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