El béisbol cubano, con más de cien años, cuenta con una rica historia arraigada en lo más profundo de la sociedad. En Cuba nadie escapa de vivir entre bolas y strikes. Por mucho tiempo equipos, estadios y jugadores atraían, casi todo el año, la atención de espectadores por toda la Isla.
Desde su liga profesional, cuando algunos eran almendaristas, habaneros, elefantes o del Marianao, Cuba toda incorporaba los códigos del béisbol a su vida diaria y, con ello, sembraba para siempre la denominación de deporte nacional.
Hoy toda esa historia se ve desplazada de la preferencia del público. La conjugación de múltiples factores ha provocado la desmovilización de un alto porciento de los apasionados de siempre, la migración de jugadores que por su calidad y carisma eran seguidos por la afición, así como las malas y demoradas decisiones para reactivar el deporte, se suman a las condicionantes con efectos nocivos.
La Serie 59, entre aciertos y pruebas, da pasos para recuperar las buenas sensaciones de antaño y regresar a los estadios toda esa fanaticada tan necesaria como el juego mismo. Las buenas jugadas, la entrega de los atletas y la incorporación de jugadores de mayor calidad, regresando a su liga, son sin dudas los nuevos incentivos para que la pelota siga en el ADN del cubano.















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Arnaldo Fonseca Garces dijo:
1
16 de octubre de 2019
07:25:28
Avelino vigil cuevas dijo:
2
16 de octubre de 2019
08:53:49
Fraga dijo:
3
16 de octubre de 2019
08:58:27
Vivian Bustamante Molina dijo:
4
19 de octubre de 2019
10:25:45
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