La noche ha ido ocupando su espacio. Cientos de cubanos y extranjeros se apresuran por las calles adoquinadas de la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña a ocupar un puesto preferencial para ser testigo de una ceremonia que trasciende en el tiempo y perdura desde el siglo XVII cuando se inició para anunciar el cierre de las puertas de la muralla que protegía a La Habana de corsarios y piratas.
Las manecillas de los cronómetros comienzan la cuenta regresiva. El alumbrado disminuye considerablemente y una voz a lo lejos se deja escuchar pidiendo silencio. Los candeleros con sus destellos compiten con los cientos de celulares que no quieren perder ni un detalle del momento.
El redoble del tambor anuncia que se acerca el destacamento integrado por el porta estandarte y varios artilleros. El farolero que antes pidió silencio a viva voz, ahora va cantando la historia de la fantasía militar. Todo se hace de manera cronometrada.
Los jóvenes combatientes, vestidos con los uniformes de la segunda mitad del siglo XVIII van ocupando sus posiciones alrededor del viejo cañón que espera en reposo su momento de actuar.
Comienza el accionar con la baqueta para introducir la pólvora y comprimirla con saco en la garganta del cañón. La acción se repite hasta dejar listo para la acción. La voz de mando irrumpe en toda la explanada.
"¡Para una salva, a mi orden...! ¡Fuego!"
El candelero enciende la mecha. Todos los presentes suspiran y se preparan psicológicamente para el disparo. Hay total silencio. En breves segundos tendrán ante sus ojos el cañonazo de las nueve, como es conocido en toda La Habana.
Fuerte estruendo y la boca del añejo cañón escupe una llamarada rojizacon el acompañamiento incesante del redoble de los bolillos en el tambor. Muchos son sorprendidos por el momento que solo demora segundos.
Por toda la capital se esparce el sonido, en unos lugares más fuerte que en otros. Momento casi obligado para inspeccionar los relojes: son las nueve en punto de la noche.
Asombro, aplausos, risas, comentarios y entre la multitud vuelve el destacamento a marchar marcialmente hasta ocupar un lugar privilegiado en la plaza adoquinada cerca de la añeja iglesia para despedir a los visitantes.
El cañonazo de las nueve sigue marcando la hora.














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peter j. melian dijo:
1
21 de agosto de 2019
12:32:33
lachina dijo:
2
21 de agosto de 2019
15:20:30
Zailys dijo:
3
21 de agosto de 2019
16:21:38
Neismer dijo:
4
21 de agosto de 2019
17:56:49
silvio jimenez dijo:
5
22 de agosto de 2019
11:32:49
Jose dijo:
6
22 de agosto de 2019
13:38:34
Magalis dijo:
7
22 de agosto de 2019
14:04:56
Juvenal Respondió:
22 de agosto de 2019
17:56:33
HABANA500 dijo:
8
22 de agosto de 2019
16:42:04
Cristina Theys dijo:
9
23 de agosto de 2019
03:25:02
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