Por los años 70 ese era el eslogan que se escuchaba en toda Cuba. Eran años complejos donde la importancia de sacarle la mayor cantidad del néctar a la gramínea era más que necesario para la economía del país.
Esta producción centenaria en la isla, que por mucho tiempo fue su mayor sustento económico, vio en los años 90 degradarse paulatinamente por los altos costos de producción con una industria casi obsoleta. A esto se le sumó que el azúcar bajó en grado superlativo sus precios en el mercado internacional, donde los derivados pasaron a ser los activos más cotizados en el mercado internacional dígase alcohol, bagazo, mieles, torula, entre otros.
En los últimos años Cuba ha retomado el camino de la producción y la eficiencia, apostando a una recuperación necesaria donde inversiones en el sector ya comienzan a dar sus frutos. Centrales como el de Majibacoa, en Las Tunas, es uno de sus mejores ejemplos donde resultado y eficacia se dan la mano, asumiendo que la azúcar nos hará crecer.











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Dispuesto dijo:
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19 de julio de 2019
16:11:03
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