En Cuba el béisbol es más que un simple juego, es cultura, identidad, cubanía. Mientras el juego del diamante va pasando, dentro y fuera del terreno múltiples sucesos acontecen, y son parte inseparable de este deporte.

Estadios y públicos cuentan con formas y culturas diferentes de asumir cada partido. Aficionados que prefieren asistir acompañados de la familia para vivir estos grandes e irrepetibles momentos, aplauden las grandes jugadas aunque sean del contrario, y cuando sube la tensión del partido, a algunos se les desata hasta el apetito.

Los niños intercambian con atletas y entrenadores soñando un día ser los protagonistas. Cada detalle enriquece este inigualable deporte. La tecnología se impone dentro de la vida de los estadios cuando los dispositivos móviles van sustituyendo los tradicionales carteles.

Se vive con la pasión de los grandes momentos, pues disfrutar de un buen partido de pelota en Cuba es más que simples bolas o strike.





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