
Trece ediciones acumula el Encuentro de Jóvenes Escritores de Iberoamérica, un evento que nació en el Centro Cultural Dulce María Loynaz, como parte del programa literario de la Feria Internacional del Libro de La Habana, y que continúa en la búsqueda de la confluencia, el intercambio y la fundación de nexos.
Los objetivos que se trazan cada año son amplios: dar espacio a poetas, narradores, escritores para niños y jóvenes, y dramaturgos; presentar la labor de las editoriales, y las novedades de los autores participantes; así como defender la socialización de proyectos de promoción de la lectura.
Tal como comentó a Granma la poeta Yanelys Encinosa –una de sus principales organizadoras–, se trata de un evento grande, con una logística compleja, y que demanda mucha organización.
«Pero al final queda la satisfacción de haber logrado algo bueno; los escritores entendemos la necesidad de visibilizar nuestra obra y trabajo, vernos con nuestros contemporáneos y retroalimentarnos. Es un aliciente espiritual tener un espacio de regocijo y encuentro entre los creadores», explicó.
Según Encinosa, el encuentro, que esta vez inició el 19 de febrero y culmina hoy, permite también trazar proyectos comunes, promover la literatura más reciente e, incluso, beneficia el desarrollo editorial del país. Ejemplificó con el caso de quienes han transitado por el evento y han cedido sus derechos para editoriales cubanas, como el poeta mexicano Balam Rodrigo, de quien Arte y Literatura obtuvo Marabunta. También se han gestado colaboraciones para revistas y publicaciones nacionales.
Marcado por la itinerancia, este entrecruzamiento de artistas se desplaza habitualmente por sedes como Casa de las Américas, el Pabellón Cuba, el Centro Hispanoamericano de Cultura, La Cabaña, la Casa de la Poesía; y añadió en esta ocasión la sede de la Uneac, y de Habana Espacios Creativos.
La XIII edición se dedica a los 25 años del poeta y maestro Roberto Manzano, y al décimo aniversario del fallecimiento de la joven poeta venezolana Caneo Arguinzones; e involucra a escritores de varios puntos de la Isla, y de Chile, México, Puerto Rico, Colombia, Argentina, República Dominicana, Italia, España, Canadá y Venezuela.
De igual forma, se propusieron ahondar en la dimensión sociocultural del suceso, con acciones comunitarias a favor de las personas adultas mayores y del público infantil.
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