Al escribir, a Luis Álvarez Álvarez lo mueve el deseo de ejercitar sus facultades intelectuales con temas poco abordados. Precisamente, por ese marcado interés suyo por la omnisciencia, y por ser uno de los más prestigiosos intelectuales cubanos, es que se le dedica esta 30 Feria Internacional del Libro de La Habana, honor que comparte con otra excelsa figura, Alberto Prieto Rozos.
Sobre el quehacer teórico, investigativo y cultural de ese aventajado «discípulo» de José Martí, que no ha podido por problemas de salud estar presente en la Feria, se centró el panel que acogió este viernes en la tarde, la Sala Nicolás Guillén de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña.
La ensayista y crítica Cira Romero; la directora del Centro de Estudios Martianos, Marlene Vázquez; la poetisa Caridad Atencio; la investigadora Mildred de la Torre; la novelista Astrid Santana y el poeta Rito Ramón Aroche, tuvieron a su cargo el debate sobre ese «profesor culto y agudo», de olfato investigativo y capacidad innata para el análisis.
Al recorrer la trayectoria de Luis Álvarez Álvarez salta a la vista que esta ha estado ceñida a una pasión motivadora: la obra de nuestro Héroe Nacional. Así se apreció en la cita, que no es posible abordar los estudios martianos de las últimas décadas sin concederle a ese autor un lugar privilegiado.
«Lo primero que salta a la vista es la amplitud de temas y aristas de cada uno de sus libros: lo mismo pueden referirse a la hondura y sensibilidad de la poesía, que centrarse en el análisis riguroso de textos en prosa desde un ángulo literario, o pueden asumir un enfoque interdisciplinario o una perspectiva netamente histórica, filosófica o artística», manifestó Marlene Vázquez.
«Lo segundo –prosiguió– es su incuestionable voluntad y su concepción lograda de otorgarles a sus investigaciones una connotación universal, tal y como merece Martí, de cuyo magisterio ha hecho no solo objeto de estudio, sino pauta de vida».
Para el abordaje de su obra poética y como crítico cinematográfico también hubo espacio, pues en él confluyen de manera exquisita «el lingüista, el estudioso de la literatura, el conocedor de los clásicos, el analista, el creador poético». Esa amplia percepción cultural le ha permitido «un despliegue de temas de análisis en forma de red que se proyectan en sus textos», de ahí que ha sido galardonado con los premios nacionales de Literatura e Investigación Cultural, además de ser miembro de las academias cubanas de la Lengua y de Honor de la de Ciencias.
Con dominio de las ciencias sociales en su conjunto, como se dijo en el encuentro, Álvarez Álvarez tiene una manera orgánica de ir desde lo técnico a lo simbólico, a lo cultural en su forma de hacer crítica cinematográfica, campo donde posee amplios recorridos ensayísticos, desde donde «nos ilustra sin querer enseñar», al decir de Astrid Santana.
En cuanto a su línea poética, Rito Ramón Aroche aludió a esa habilidad suya de buscar las esencias y examinarlas, para luego devolverlas. También advirtió en el creador su interés por privilegiar la memoria, el amor, la madre, y la insistencia en el paso arrollador del tiempo.
Por otra parte, Cira Romero ahondó en la cultura, «vista por él como término plurivalente, como un sistema multifuncional y polimórfico abierto, no restringido a la creación artístico-literaria» y cómo lo ha aplicado hacia lo nacional, atendiéndolo como una categoría que trasciende lo útil para convertirse en necesario. En ese aspecto, se refirió al binomio efectivo que en análisis cultural e investigativo mantiene con otra destacada escritora, Olga García Yero, quien lo acompaña, además, en la vida.
Luis Álvarez Álvarez es una persona enciclopédica, literato en toda la extensión de la palabra, y, sin duda, un insaciable martiano. Así quedó demostrado en la mesa de homenaje, donde todos los presentes coincidieron en que es uno de los intelectuales más sólidos y reconocidos de la actualidad cubana.



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Sarah dijo:
1
24 de abril de 2022
08:50:09
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