ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

En uno de estos viajes sin rumbo que a veces hago por la web, ayer vine a recalar en Rankia Pro: una revista dirigida a profesionales de la industria de gestión de activos, y que se nos presenta como principal comunidad financiera independiente de habla hispana, a nivel mundial.

Concretamente, me detuve en un artículo cuyo título formula una pregunta: ¿Es buen momento para invertir en las empresas estatales chinas?.  A seguidas, el lead explicaba: «Las empresas estatales son una parte importante de la economía china, ya que sus ingresos totales representan casi el 70 % del PIB del país».

Seguí leyendo y, de pronto, se dispararon mis alertas: el articulista avisaba de cierta ineficiencia de las empresas estatales de ese país, cosa supuestamente originada por conflictos de intereses entre ciertas expectativas públicas y el Estado.

Obviamente, no voy yo a realizar un análisis de las empresas chinas en este artículo: solo uso el ejemplo para abordar someramente el tema de la desinformación en materia económica.

Aun así, debo recordar primero que la economía china ha tenido un despegue impresionante en las últimas tres décadas, con sostenidas altas tasas de crecimiento, de modo que ya hoy es la mayor economía del mundo, de acuerdo con su Producto Interno Bruto por paridad de poder adquisitivo.

Como antes señalé, el artículo de Rankia empezaba advirtiendo que casi el 70 % de esa enorme riqueza es generada por empresas estatales. ¿Deberíamos entender entonces que se ha logrado gracias a una milagrosa ineficiencia económica? ¿Tiene algún sentido esto?

Lo más sorprendente, sin embargo, no era el paradójico dictamen, sino que este se ofreciera en un artículo científico, de una revista que se tiene por líder en la especialidad, y que, para argumentarlo, el autor usase una abstracción que apenas le tomó una línea.

¿Cómo es posible esto? Sencillamente, porque antes se ha generado una extensa narrativa, repetida por todas las vías disponibles, en la que se nos explica no ya que las empresas, sino que todo lo estatal es sinónimo de ineficiencia.

Antes de escribir este texto, se me ocurrió comentárselo a un amigo. Me miró con ojo travieso, sonrió mordaz, y me dijo: Oh, vas a ir contra los prejuicios, tendrás una ardua tarea. Ciertamente, escribir sobre un contexto conocido es relativamente fácil; por eso, la creación de narrativas no solo persigue generar creencias, sino también que se deba hablar mucho sobre un tema, para mínimamente contextualizarlo.

Necesitarás de muchas palabras para convencer de unos pocos hechos, si es que finalmente lo consigues, pues como dijo Einstein: «en esta época es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio». En cambio, si algo se repite por diferentes vías, es muy fácil persuadir, pues si lo dicen en tantos sitios, debe ser la «realidad».

Asimismo, muchas personas aceptan y dan crédito a la información que refuerza sus puntos de vista, sin importar cuán distorsionada o inexacta sea, al tiempo que descartan contenidos veraces o lógicos con los que no están de acuerdo.

En fin, dada esta «realidad», confieso que no intentaré convencer a nadie de que la empresa estatal socialista no es sinónimo de ineficiencia: no voy yo a dedicar páginas tras páginas a un esfuerzo inútil, aun cuando pudiera narrar experiencias personales sobre lo contrario. Además, las creencias comunes generan eslóganes, y contra los eslóganes tampoco es posible razonar.

Mansamente, me pliego entonces a la narrativa por tanto tiempo creada, y digo que, si nuestro país ha exhibido altos niveles de educación, nutrición y esperanza de vida a lo largo de estas décadas –lo cual, según estándares de la ONU, nos ubica como un país de alto Índice de Desarrollo Humano– no ha sido por obra y gracia de nuestras empresas estatales socialistas. Quién sabe si no ha sido porque esos logros, un buen día, nos cayeron del cielo.

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camilo dijo:

1

1 de marzo de 2024

08:09:28


EXCELENTE, EXCELENTE ANALISIS MEJOR IMPOSIBLE

Boris Luis dijo:

2

2 de marzo de 2024

11:56:17


¿ Es funcional o disfuncional la empresa estatal socialista ? ¿ Cuantos cambios hemos hecho en ella en estos 60 años ? ¿ Por qué no probar uno más ? ¡ Dejemos que el colectivo obrero o sea los dueños de los medios de producción tengan verdadero poder de decisión, que puedan seleccionar a su consejo de dirección?

Renato Peña dijo:

3

2 de marzo de 2024

13:40:09


Muy buen artículo, nos da una referencia para derribar mitos que " las empresas estatales son ineficientes". A cada rato quiebran bancos privados y son los estado los que las resucitan.

Juan dijo:

4

2 de marzo de 2024

16:39:17


Pensé que iba a usted escribir algo que a priori parecía interesante y que nos iba aportar algunos datos poco conocidos pero no, solamente Leo juegos de palabras.Sobre la empresa cubana " la socialista" yo cubano de a pie y supongo con menos preparación para escribir y hablar de economía lo que conozco es que aquellas que tienen utilidades (que como todos saben no siempre es por que produzcan mas) tienen que aportar un 75 % de estas.Lo otro el 25 % se utiliza para ayudar salarialmente a los trabajadores debido a la inflación. Cuando explican esos altos impuestos suele salir el tema de la propiedad estatal de los medios de producción ( medios que están obsoletos y no reciben por parte del estado en mayor parte ni renovación ni la logística necesaria para estar aptos para su uso.Lo que veo es una muerte de esas empresas si se sigue como hasta ahora se trabaja.

Tania Menéndez Castillo dijo:

5

12 de enero de 2025

19:54:43


Según mi experiencia la empresa estatal socialista tiene q ser igual a cualquier empresa. Es decir , ser rentable, competitiva, eficiente, productiva, usar tecnologías novedosas ,entre otros aspectos y será exitosa en sus funciones.