Un nuevo término se impone en las noticias tecnológicas: el de máquina cliente, que normalmente se refiere a una computadora que se conecta a una red y accede a otra computadora, a la cual se le conoce como servidor. Esto se hace para solicitar recursos o para realizar ciertas funciones. En ocasiones, el término cliente se usa indistintamente con máquina cliente, pero cliente es un término menos específico, que también puede referirse a una aplicación informática en lugar de una computadora real.
Como siempre, las grandes empresas marcan la pauta. Un ejemplo es la compañía Hewlett-Packard, con un programa que supervisa remotamente el nivel de tinta en la impresora de sus clientes y envía un cartucho nuevo antes de que el cliente se quede sin tinta. Estos no tienen que hacer ningún pedido; lo hace la propia impresora. Esas impresoras son ejemplos de «cliente máquina». Los clientes automatizados o clientes máquina, tal como los denomina la consultora Gartner, constituyen uno de los vectores de crecimiento más importantes de la próxima década.
De hecho, la consultora predice que para 2027 el 50 % de los ciudadanos de los países más desarrollados tendrán asistentes de inteligencia artificial, que trabajarán para ellos todos los días. Por lo que los directivos deben prepararse para ese nuevo escenario.
Pero hay dos aspectos importantes que se deben considerar, la regulación para no perder el control, ya que detrás de esos desarrollos se encuentran empresas que, de una u otra forma, son parte del complejo cibermilitar industrial estadounidense, y el otro está relacionado con la ciberseguridad, ya que los intrusos llegarán hasta la cocina de la casa y se sentarán en nuestra mesa sin pedir permiso, y lo más preocupante es que no lo sabremos. Ya esa tecnología está en el país, entonces, aprovechémosla para el bien común y protejamos lo que nos toca.
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