El volcán avileño, hace ya tiempo, no sabe lo que es perder. Ganar 15 campeonatos de hockey sobre césped, los siete últimos de manera consecutiva, hace que, en Ciego de Ávila, cuando se hable de ese deporte, los vaticinios siempre sean favorables.
Palabras sabias las de Heriberto Sarduy (padre) –formador de varias generaciones– y Eliberto Sarduy (hijo) –actual director técnico de los avileños–, las de Manuel Marín y las de otrora destacados jugadores, quienes afirmaron: «Hoy ganaremos», porque cuando un niño entra a ese deporte en un área avileña firma un pacto con la victoria.
Ya el conjunto femenino estrenó el nuevo terreno sintético y se colgó al cuello la medalla de oro, por segunda ocasión. Así comenzaron los varones de la primera categoría, y ya tienen 15 títulos. Y ¿Qué decir del conjunto juvenil, con 22 coronas? De hecho, en el actual campeón de Cuba había siete jugadores en edad juvenil.
El hockey en Ciego de Ávila se vive y se sufre. Nadie piense que el del pasado sábado, cuando alcanzó el trono, fue un partido fácil ante Santiago de Cuba, pese a que los indómitos cedieron por 1-4.
Santiago salió a apagar las lengüetas del fuego rival, y el público hizo silencio en el minuto 23, cuando Marcos Martínez igualaba el marcador, luego de que en el minuto siete Geovanny Neninger marcara el primer tanto por Ciego de Ávila.
A inicios del tercer cuarto el asedio santiaguero atascó a los de Sarduy en su propia área. Parecía que el 2-1 sería definitivo, pues los del oriente jamás dejaron de combatir, y porque hasta el minuto 40, el mediocampo de Ciego de Ávila no se hizo tan fuerte.
Pero un minuto después, en el 41, llegó Catín y perforó la valla rival, en magistral jugada, y como fantasma volvió en el minuto 59, y Santiago, exhausto ya, no pudo.
En el cuadro de honor están los avileños Richard Somonte, como jugador más destacado, y Carlos Manuel Consuegra, líder goleador (10); el santiaguero Miguel Silva resultó el mejor portero, y Raúl Pina (VCL) el árbitro más destacado.
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