Desde su llegada, con nueve años, a la pre-EIDE de su Cienfuegos natal, hasta su entrada, mucho tiempo después, a la Escuela Nacional de Voleibol, estuvo marcado por el mismo cuestionamiento. «La verdad es que siempre tuve problemas con la estatura. Fue bastante difícil avanzar en mi carrera deportiva por eso», dice.
A sus 25 años de edad, tras haber conquistado el Campeonato Mundial de Clubes de 2021 y la Superliga de Brasil en 2022, y resultado el jugador más valioso de ambos torneos, pudiera hacer suya la célebre frase de Napoleón Bonaparte: «La altura de un hombre no se mide de la cabeza al suelo, sino de la cabeza al cielo».
Dicen que lleva el voleibol en la sangre y que, desde niño, siempre soñó con el deporte de la malla alta. «Mis padres me cuentan que, de chiquitico, cuando ponían un juego por la televisión, yo dejaba lo que estaba haciendo, me sentaba en un banquito a verlo, y no me levantaba de allí hasta que se acababa».
Sin embargo, sus inicios como atleta no pudieron ser más complicados. «Los entrenadores no me querían, decían que era muy bajito. Pero siempre me impuse a eso y pude superar cada obstáculo», rememora.
Con sus 1,91 de estatura, el talentoso atacador ha logrado traspasar los mejores bloqueos del mundo. Tras cinco temporadas como profesional (tres en Argentina y dos en Brasil, con el club Sada Cruzeiro), asegura que el salto de calidad es significativo. «Las ligas foráneas me han aportado mucho en mi desarrollo individual, en mi técnica, en mi pensamiento táctico.
Explica que ese volumen de juego no lo tenía aquí. Estábamos todo el año entrenando y cuando íbamos a un torneo nos sentíamos un poco fuera del sistema. «Ahora, en cambio, nos mantenemos compitiendo todo el tiempo».
Adaptarse a pasar largas temporadas fuera de Cuba no ha sido sencillo. «Es difícil acostumbrarse a estar lejos de la familia. Yo, por ejemplo, soy muy apegado a mis padres y esa separación, al principio, fue bastante dura. Entonces, no había tanto acceso a internet acá y pasaba trabajo para comunicarme con ellos».
De todos sus triunfos, los que más aprecia son las dos medallas en campeonatos mundiales juveniles con la selección nacional y los títulos alcanzados en 2021 y 2022 con el club Sada Cruzeiro. «No le doy mucha importancia a los títulos individuales, porque para mí, en este deporte es mucho más importante el resultado colectivo».
A pesar de su desempeño en ligas extranjeras, asegura que vestir la camiseta del equipo Cuba no ha dejado de ser una experiencia muy emocionante. «Mi país me sigue llamando. Me sigue gustando representarlo en todo el mundo. Creo que eso es lo más importante para un atleta: saber jugar afuera, tener resultados, pero venir a tu tierra y hacerlo igual o mejor todavía».

















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MIGUEL ANGEL dijo:
1
5 de junio de 2022
07:49:47
Fernando SUÁREZ SUAREZ Respondió:
12 de junio de 2022
12:00:06
Jay Garcia dijo:
2
28 de junio de 2022
10:56:01
Fidel dijo:
3
28 de junio de 2022
13:13:55
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