Cuando este lunes el juez Anthony Kelly invalidó la orden de cancelación del visado de Novak Djokovic, todo parecía indicar que el número uno del mundo podría disputar el Abierto de Australia, que comenzará el próximo 17 de enero.
Pese a que el magistrado consideró que no hubo tiempo para probar la validez de la exención médica que le había sido otorgada a Djokovic, el Ministerio de Inmigración australiano, liderado por Alex Hawke, refiere que hubo irregularidades en las declaraciones de entrada al país.
Djokovic había dicho que no había viajado en los 14 días anteriores a su traslado a Australia, es decir, entre el 23 de diciembre y el 6 de enero (fecha de arribo). Sin embargo, hay evidencias de que el 25 de diciembre se encontraba en Belgrado, y el 31 en la ciudad española de Marbella, por lo que sí viajó.
El diario El País refleja que, según la transcripción de la conversación entre el deportista y los policías que le retuvieron en el aeropuerto de Melbourne, él les hizo saber que su declaración de viaje la completó alguien de la federación australiana, además de incurrir en varias contradicciones al no dejar claro quién autorizó su entrada en el país con una exención médica (no está vacunado) y sin cumplir la cuarentena. ¿Fue Tennis Australia, el Estado de Victoria o el gobierno central?
Por ahora, el serbio ha podido entrenar y se mantiene en espera de la decisión final, por parte del ministro Hawke, quien recalcó la potestad que le concede su cargo para revocar el visado del nueve veces ganador del Abierto de Australia, y en consecuencia su deportación.
COMENTAR
Responder comentario