Cuando estás ante un hombre a quien la vida le delineó un camino de adversidades y, sobre ellas, se empina para crecer, ese hombre es digno de admiración. Él se ha mantenido en esa porfía por 11 años, siempre pensando en Cuba.
El granmense Lorenzo Pérez se prepara en Portugal y participará, del 22 al 26 de este mes, en la penúltima fase de la Serie Mundial de natación, en un año difícil, a pesar de estar clasificado para los Juegos Paralímpicos de Tokio, en la categoría s6 (discapacitado físico). Desde Islas Madeira, conversó con Granma.
–¿Has enfrentado problemas con la preparación?
–Ha sido una etapa muy inestable por la COVID-19. Por ella me ausenté más de 20 días y, al ser dado de alta, nuevamente fui a un aislamiento por producirse varios casos positivos en el centro de entrenamiento. Hemos hecho en más de una ocasión ajustes, conociendo que cada día falta menos para competir al más alto nivel. Estos cambios los ha guiado mi entrenador Ernesto Garrido, respetando la relación trabajo-descanso.
–¿En qué consistió ese último cambio?
–Realizamos una preparación física alternativa, pero todos alejados de la piscina. En ese tiempo hubo varias convocatorias a series mundiales, incluso a entrenamiento en el extranjero, a los cuales no pude asistir. Aquí en Portugal competiré en los dos eventos en los que estoy clasificado para Tokio, 100 y 400 metros libres.
–¿Cuál fue tu última competencia internacional?
–Los Parapanamericanos de Lima-2019, en los que obtuve medallas de oro en 400 libres y plata en 50 y 100 metros libres, a pesar de que días antes estuve afectado por el dengue, lo cual conspiró en contra de mi ubicación en el ranking mundial. Estamos aquí precisamente para mejorar en ese listado y foguearme con atletas de la élite».
«Consciente de mi déficit, le solicitamos al Inder que nos tramite la posibilidad de una base en la altura mexicana».
–La gente te ve como un símbolo, con medallas olímpicas en Londres-2012, Río de Janeiro-2016, en los Parapanamericanos de Guadalajara-2011, Toronto-2015 y Lima-2019…
–Es gracias a mi entrenador, de altísima calidad. Con Ernesto Garrido trabajo desde 2011. Es una labor sobre la base de la disciplina, la constancia, la honestidad, la ética profesional, y eso nos ha llevado a alcanzar cada objetivo. Me siento identificado con lo que hago en el ámbito deportivo y, a la vez, comprometido con el movimiento paralímpico cubano y con el pueblo.

















COMENTAR
Responder comentario