
Los Alazanes de Granma desvelaron a todo Bayamo con su desfile triunfal en la madrugada del viernes, luego de colarse por segundo año consecutivo en la final del clásico beisbolero cubano, un hito para la provincia, que nunca antes había llegado tan lejos.
«Esto es muy importante, hace años que la gente estaba esperando por un resultado así y justo para ellos, para la afición, es la victoria», sentenció el estelar intermedista Carlos Benítez en diálogo exclusivo con nuestro diario.
El camarero y toda la novena granmense desataron el júbilo en Bayamo, donde se congregaron seguidores de lejanas localidades de la provincia para apoyar a los Alazanes, a quienes la mayoría de los pronósticos les daba pocas opciones de pasar la semifinal.
«Mucha gente decía que no podíamos con Matanzas, pero gracias a Dios nos salieron las cosas y seguimos con vida, peleando», añadió Benítez, capitán de la nave oriental.
Alfredo Despaigne, otro de los líderes del elenco, nos dijo que «si el equipo sigue jugando inspirado, motivado, con los abridores perfectos y los relevos igual, será difícil ganarnos.
«Espero poder repetir la hazaña del año pasado. El rival nos da lo mismo, con cualquiera será una final dura, aunque me gustaría un choque oriental con Las Tunas, que nunca ha llegado tan lejos», puntualizó el recio slugger, quien sin conectar todavía con la potencia que lo caracteriza, ha logrado embasarse nueve veces en 21 comparecencias.
La fórmula de los Alazanes para colarse en la lucha por la corona ha sido muy parecida a la del pasado año, con protagonismo de su núcleo natural e invaluable aporte de las piezas escogidas por el mentor Carlos Martí.
«Lo más importante con los refuerzos es que tengan hambre de jugar pelota y que se acoplen al conjunto, que sean como familia para los peloteros de la provincia. Además, es crucial llamar a jugadores con calidad deportiva, pero también con calidad humana», expresó el veterano estratega, quien ha sido fiel a su filosofía y ha recogido los frutos.
«En mi caso, los éxitos han llegado en la recta final de mi carrera, y eso es un aliciente para mantenerme activo mientras sea útil a la provincia, tal vez no como mánager, sino como asesor, pero siempre vinculado al béisbol, a eso he dedicado la vida. Ahora siento una inmensa alegría, porque ya estamos entre los dos mejores del campeonato y contra rivales fuertes», precisó Martí.
En su camino a la final, los Alazanes se encontraron con un plantel matancero que cayó en un slump colectivo en el momento decisivo de la temporada, y eso se paga con la eliminación, sin importar que hayas sido líder absoluto de la contienda regular.
Gracial, Cepeda, Santoya, Vázquez, Borroto, Medina y Ariel Sánchez batearon muy poco, y de sus escasas conexiones efectivas, la mayoría llegaron en momentos sin importancia, nada a la hora buena. El más claro reflejo es que, luego de aquel racimo de nueve anotaciones en el sexto capítulo del segundo encuentro, los yumurinos solo produjeron otras cinco rayas en 30 episodios, cuatro de ellas remolcadas por dos jonrones de Eduardo Blanco.
Indiscutiblemente, con semejante gasto ofensivo es una utopía aspirar a la victoria, esa que una vez más se les escapa a los Cocodrilos, de nuevo en el podio, pero de nuevo con el sueño pospuesto de ganar el último juego del campeonato.

















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Bayames dijo:
1
13 de enero de 2018
08:34:53
Beto dijo:
2
13 de enero de 2018
13:22:20
loraine dijo:
3
13 de enero de 2018
14:57:14
Jorge A. Peralta Vanegas dijo:
4
16 de enero de 2018
08:24:45
El matancero dijo:
5
17 de enero de 2018
17:00:06
palacios dijo:
6
18 de enero de 2018
12:11:05
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