
Para la historia quedará que Brasil ganó el Campeonato Panamericano de Balonmano del 2015 en La Habana, pero de la película definitiva no podemos fijarnos solo en el fin, también debemos analizar al detalle el camino hasta el epílogo, repleto de pulsos dramáticos en un duelo trepidante entre cubanas y sudamericanas, con pizarra final de 22-26.
Muchos pensaron que después de un pobre rendimiento en la semifinal contra Puerto Rico, las antillanas no disfrutarían de demasiadas opciones en la discusión del cetro, pero las pupilas de Lorenzo Maturell, en una sala Kid Chocolate abarrotada, exigieron al máximo a las mismísimas campeonas del mundo.
Sí, porque Brasil trajo a Cuba solo a cinco titulares del orbe en Serbia 2013, pero este conjunto que intervino en la lid continental tiene una filosofía similar a las monarcas, con una intensidad sobrenatural en la cancha, transiciones rápidas y un muro de contención que empieza por una defensa cerrada y termina con una portera hermética, casi imbatible.
En la mencionada cita universal de hace dos años la arquera Bárbara Arenhart fue seleccionada en el equipo ideal, y ahora, en el certamen habanero, Jessica Oliveira bien pudiera considerarse la mejor portera del evento, pues con sus paradas le aguó la fiesta a Cuba, lastrada además por la pobre profundidad de su banca.
“Nuestro punto más bajo es que las jugadoras suplentes no tienen experiencia competitiva, y se nota mucho la diferencia con las titulares”, anunció Maturell a nuestro diario previo a la final, y la máxima se cumplió, porque Cuba se apoyó en ocho pilares durante una hora y las auriverdes rotaron hasta 14 muchachas.
No obstante, Maturell también había advertido que las suyas nunca se rendirían, y en efecto, mientras les alcanzó el combustible mantuvieron niveladas las acciones, explotando en toda la medida los disparos potentes y lejanos de Lisandra Lussón (10 goles) como alternativa para abrir una zaga robusta, pegajosa y efectiva, al limitar las internadas por el extremo derecho de Glennis Reyes, quien en el segundo periodo, por ejemplo, tardó 22 minutos en tocar la pelota en acción directa a puerta.
La distancia mínima y constante igualadas duraron hasta que Amanda Andrade, una de las mundialistas del 2013, desató un vendaval de misiles en el tramo final del choque para abrir el marcador, el cual no pudo contener Eneleidys Guevara, con su estilo pulpo bajo los tres palos, que sacó de paso constantemente al variado y versátil ataque sudamericano.
Con estos truenos, el despliegue cubano no alcanzó, pero les queda una idea más clara de su nivel actual, de sus posibilidades reales de viajar a los Panamericanos de Toronto con el objetivo firme y seguro de subirse al podio.

















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Ramon dijo:
1
29 de mayo de 2015
04:18:16
Ramon dijo:
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29 de mayo de 2015
04:29:25
Rey dijo:
3
29 de mayo de 2015
10:05:38
LDB dijo:
4
29 de mayo de 2015
10:46:36
JOSÉ EDUARDO GARCÍA CALVIÑO dijo:
5
29 de mayo de 2015
11:09:11
papuchi dijo:
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29 de mayo de 2015
12:49:10
papuchi dijo:
7
29 de mayo de 2015
12:52:16
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