
Si algo no se le puede achacar a la selección femenina cubana de balonmano durante su incursión en el Campeonato Panamericano de la disciplina es su efectividad de cara a puerta, al punto de que en los seis choques efectuados acumulan 224 goles, por mucho líder en dicho apartado.
En la sala Kid Chocolate capitalina, el elenco antillano ha demolido a cada uno de los contrarios, y en el último examen añadieron la friolera de 32 bombazos contra Puerto Rico (26), en una semifinal no tan abierta como muchos pensaban.
La prueba en cuestión resultó una de las más exigentes hasta la fecha, casi tanto como el duelo inicial frente a Argentina, solo que ahora las imprecisiones en las entregas, la desconcentración y las fallas en defensa complicaron en exceso al plantel antillano, cuyo mérito, si se quiere, fue aguantar la presión y sostener la ventaja en todo el encuentro.
Las boricuas, con más experiencia que la mayoría de las anteriores contrarias, se plantaron con sus argumentos de siempre, la potencia de la central Nathalys Ceballos, unida a la creación y producción de Sheila Hiraldo, quienes cargaron sobre sus hombros el peso ofensivo del elenco.
Tan cruda fue su resistencia que no se puede dejar de mencionar por las antillanas el bloqueo defensivo de la capitana, Yunisleidys Camejo, además de las paradas de la portera suplente, Niurkis Mora. También vital resultaron las internadas ofensivas de Lisandra Lussón —siete goles por pura presencia física—, Glennis Reyes (7) y Eyatne Rizo (5).
La extremo Reyes, zurda granmense que luce el dorsal 10, tenía 44 anotaciones previo al encuentro, y otra vez se comportó como un auténtico cuchillo en sus penetraciones por la banda derecha, además de protagonizar varios contraataques efectivos gracias a su velocidad en los desplazamientos y puntería para definir desde cualquier ángulo.
Igual de letal sigue Rizo, joven habanera de 19 años que ha asumido el puesto de central, cargando con el peso ofensivo apoyada en su visión de juego, capacidad permanente de desborde y un halo mágico en el manejo del balón y los disparos, cualidades que le permiten penetrar y desarticular las defensas rivales.
“La rapidez me ayuda en el ataque, y además he desarrollado varias habilidades, las cuales he perfeccionado con la preparación y los partidos. Creo que también influye mucho en mi desempeño la comunicación con el resto de las muchachas, y la concentración, vital para superar la tensión que puede generar mi poca experiencia competitiva”, señaló Rizo a Granma.
Al final, la historia no fue calcada a la discusión del cetro regional en Veracruz 2014 (Cuba ganó allí 32-18), pero las pupilas de Lorenzo Maturell lograron el triunfo, y ahora tendrán un examen mayúsculo cuando se midan por el oro a Brasil, actual monarca mundial, escollo perfecto para medir fuerzas a un mes de los Panamericanos de Toronto.
Las auriverdes desplegaron una estricta defensa contra Argentina en la otra semifinal, al punto de que al concluir el primer tiempo las albicelestes solo tenían cinco tantos en su cuenta. Ya después se limitaron a sostener la diferencia y administrar fuerzas para el duelo definitivo con Cuba, mucho más exigente desde el punto de vista físico.

















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Ramon dijo:
1
28 de mayo de 2015
11:03:10
papuchi dijo:
2
28 de mayo de 2015
16:12:38
Ramon dijo:
3
28 de mayo de 2015
19:03:44
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