La Cumbre de los Pueblos fue la voz de Cuba en Los Ángeles

«Ustedes son nuestra voz», dijo a los participantes en la Cumbre de los Pueblos el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

En un mensaje enviado a ese evento, añadió que la Revolución siempre lo ha tenido muy claro: allí donde los gobiernos nos nieguen la palabra, estarán los pueblos para representarnos, para hablar en nuestro nombre.

«Dondequiera que haya pueblos en lucha, siempre estará Cuba. Y dondequiera que esté Cuba, estarán los pueblos en lucha», especificó el mandatario cubano.

La Cumbre de los Pueblos resultó el espacio para resaltar la voz de los excluidos de la IX Cumbre de las Américas, pues este viernes también intervinieron, a través de videos, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el exmandatario boliviano, Evo Morales.

En la última jornada de la Cumbre de los Pueblos se realizaron  intercambios teóricos y el reclamo «¡Cuba sí, bloqueo no!» fue uno de los que retumbó en las calles de Los Ángeles. Igualmente, denunciaron la injerencia de Washington en los asuntos internos de los Estados y pueblos soberanos.

No con tanto entusiasmo concluyó la IX Cumbre de las Américas, con el cambio climático y la situación migratoria en la región marcando las intervenciones de los jefes de Estados en la sesión de alto nivel.

Aunque hasta el Centro de Convenciones de Los Ángeles, donde se celebró la excluyente Cumbre de Joe Biden, también llegó el justo reclamo por el fin del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la Mayor de Antillas, así como la condena por la ausencia de varias naciones.

Trascendió también la imposición de Washington para aprobar la Declaración Hemisférica sobre Migración y Protección de Migrantes, un texto que, según el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, es muestra de su visión racista, xenófoba y expoliadora de los migrantes.

Concluyeron ambos eventos el mismo día y en la misma ciudad; uno como demostración de cuánto se puede hacer desde la solidaridad y el respeto; y el otro, de cuánto afectan, en pleno siglo XXI, las aspiraciones imperiales de mantener su sombra sobre las naciones soberanas de la región.