Cuando los egresados de las enseñanzas superior y técnica profesional empiezan a laborar poseen la formación académica, pero necesitan consolidar esos conocimientos y ponerlos en práctica. Para ello, dentro de los tres años que dura el servicio social, hay un periodo llamado adiestramiento laboral.
Este, explica Mario Miranda Márquez, director de Formación y Desarrollo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), posibilita a los recién graduados su adaptación laboral y su preparación complementaria, para así afianzar los conocimientos adquiridos y desarrollar habilidades que les permitan asumir un cargo determinado -en las categorías de técnicos, trabajadores administrativos, de servicios u operarios-, en la entidad donde fueron asignados para cumplir su servicio social.
El cumplimiento del tiempo de adiestramiento laboral, agrega, comienza a contarse a partir de la incorporación del recién graduado al centro al que es asignado. Ese periodo está en correspondencia con el grado de complejidad del cargo para el cual se prepara y de los objetivos definidos en el plan individual de adiestramiento laboral. Su culminación, precisa, no significa haber consumado el tiempo establecido para el servicio social.
Por ejemplo, para quien se prepara como técnico, esta etapa puede durar hasta dos años. Sin embargo, si al año cumple satisfactoriamente con los objetivos propuestos, así reflejado en la evaluación, como reconocimiento y estímulo el jefe de la entidad podrá pasarlo a ocupar un cargo de dicha categoría ocupacional y empezará a pagarle el salario correspondiente a esa plaza.
Mientras transcurra la etapa de adiestramiento laboral, los recién graduados reciben el pago del estipendio establecido en la legislación. Además, tienen derecho a que se les abonen todos los pagos adicionales aprobados en la entidad, entre ellos, los establecidos en el sistema de estimulación y por trabajar en turnos rotativos.
¿QUÉ CORRESPONDE HACER A LAS ADMINISTRACIONES?
En ese sentido las políticas a seguir están establecidas, y se ratifican en la carta circular número 20 del 2006 del Secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, donde indica: "¼ No se trata de recibir graduados y ubicarlos a trabajar; es recibirlos, adiestrarlos, enseñarles, familiarizarlos y ofrecerles todas las posibilidades para su mejor desempeño".
El jefe de la entidad, subraya Miranda, tiene la responsabilidad de garantizar la asignación de un tutor a todos los recién graduados durante su adiestramiento laboral.
Los tutores tendrán a su cargo la elaboración del plan individual de adiestramiento -acorde a las tareas a desarrollar en el cargo para el que se prepara-, velarán por su cumplimiento y realizarán las evaluaciones parciales y finales. Además, establecerán con los egresados las relaciones interpersonales que permitan conocer sus inquietudes y opiniones, y propiciarán su participación en el análisis y solución de los problemas y dificultades enfrentados por el colectivo de trabajo.
En opinión del Director, subsisten dificultades por parte de las administraciones al asumir esta importante tarea de ofrecer adecuada atención y preparación a los recién graduados que les son asignados para cumplir el servicio social.
Esto, asevera, provoca que no se cumplan las expectativas de muchos jóvenes al incorporarse a la vida laboral y los conduce a solicitar el cambio de ubicación o, en el peor de los casos, a que la abandonen.
Las administraciones, enfatiza, tienen también la obligación de realizar todas las diligencias necesarias para buscar e incorporar a aquellos que no se presenten o abandonen la ubicación laboral otorgada.
No podemos permitir, concluye el funcionario, que los jóvenes se desvinculen del estudio y del trabajo; eso es algo que no debe existir en una sociedad como la nuestra que le brinda a todos sus miembros inmensas posibilidades para la superación y el desarrollo profesional.
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