ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Luis Alberto Portuondo

La alegría no solo se manifiesta en los rostros de Urbano Polanco y de Noemí Olivay, «también está en nuestros corazones y en el resto de los 18 abuelos que vivimos en el Hogar de Ancianos Mariana Grajales», explicó la jovial señora.

La jornada, que culmina con la tradicional cena de Nochebuena, no es como otras del día a día de este centro ubicado en una zona rural del santiaguero municipio de San Luis. Pero hay momentos, como los cumpleaños, la festividades por los Padres y las Madres, por los adultos mayores, en los que la campesina Lilian Serrano Silveira vuelve a cumplir un gesto habitual.

Ella se llegó hasta la institución para ofrecerles un almuerzo y cena diferentes, «al estilo de los años mozos de los abuelos, puerco asado en púa, congris, ensalada de tomate, col, pepino y yuca», expresó la destacada mujer del campo.

Al mediodía degustaron una exquisita caldosa criolla, todo bajo la supervisión del dietista del Hogar. «Es para mí un compromiso aportar y hacerlo precisamente en un lugar donde pasan su vejez personas muy humildes, trabajadores del campo, quienes se consagraron y dieron todo por la Revolución», manifestó la también miembro del Comité Nacional de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.

Nos toca, es una tarea sensible, y ver la alegría en sus rostros es el mayor regalo, es una fecha especial y ellos sienten nuestra compañía, amor y cariño , junto a los trabajadores del hogar, destacó. 

Acerca de lo hecho por la ganadera, Katia Castellanos Lozada, trabajadorala social del lugar, dijo «que más que una cena, se establecen con los abuelos lazos de amistad y cariño sinceros, y ellos agradecen tener compañía, una conversación amena y recordar períodos significativos de la vida».

Urbano se hizo responsable de dar las vueltas al puerco en púa, supervisando su cocción, sintiendo el aroma peculiar del cerdo, verlos a todos jugar tranquilos dominó, escuchar musica de la época y hasta bailar, observar la felicidad de Noemí elegantemente vestida al compartir con Lilian no tiene precio.

Es una sensación bonita y que llena de orgullo contar con mujeres, con sanluiseras como ella capaces de dar todo por el bien colectivo, «es la muestra del respeto y cariño por quienes peinan canas, merecen todo el amor y lo mejor del mundo, porque ellos marcaron un época y esa historia es imborrable», aseveró, orgullosa, Serrano Silveira.

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