Sancti Spíritus.–Si alguien dudó al principio, ya debe estar cambiando su parecer.
Los microbuses eléctricos, de factura espirituana, no fueron acelerada inspiración de un instante, con decline después.
Esa provechosa alternativa de transporte urbano no solo forma parte de la más genuina cotidianidad en la cabecera provincial, en la que ofrecen un servicio que la población agradece por su estabilidad, módico precio (diez pesos) y facilidades de cómodo acceso a él, entre otras ventajas.
Con el sello de la Empresa Militar Industrial Coronel Francisco Aguiar, los Ecomóviles llegaron en el verano hasta la también legendaria villa colonial de Trinidad y luego a Cabaiguán.
El titular cubano de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, al visitar recientemente la mencionada empresa, pudo repasar el estado de preparación para la producción de otro lote de 50 microbuses, «cuyas materias primas ya fueron contratadas –afirmó– y lo más importante: avanzar en el diseño y la producción de las estaciones de carga modulares con paneles solares y acumulación».
Razones como las antes mencionadas, la utilidad social aparejada al funcionamiento de esos medios y su capacidad de armonizar con el medio ambiente, sin perjuicio colateral alguno, pesaron durante las valoraciones realizadas por el Consejo Mundial de Académicos e Investigadores Universitarios, para otorgarles el pasado 12 de noviembre un muy merecido premio a los jóvenes investigadores espirituanos, doctor en Ciencias Carlos Lázaro Jiménez Puerto y el ingeniero Gerardo Yero Morejón, autores del proyecto Transición Energética del Transporte Urbano.
Afortunadamente, aquella naciente idea no quedó ceñida a una gaveta, buró o carpeta de computadora y ha evolucionado gracias a la visión que distingue al territorio en un momento como este, en el que tanto se necesita desatar nudos, romper cerrojos, abrir senderos.
A ello han contribuido la propia Empresa Militar Industrial, iniciadora de la experiencia; la Universidad de Sancti Spíritus José Martí; el gobierno del municipio cabecera; los Ministerios de Transporte y de Ciencia y Tecnología y Medio Ambiente, incluidas sus delegaciones territoriales.
Si actualmente trabaja para mejorar el diseño original, hacer más cómodo su interior, lograr que la batería sea recambiable o instalar «electrosolineras», es obvio entonces que la mentalidad no permanece estática: se mueve. Y eso le viene muy bien a la provincia y al país.
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