Las mañanas en el campo cubano son, por lo general, hermosas: la luz de la aurora se refleja en la tierra roja y el verde de las plantas de plátano, pero cuando a ese paisaje cotidiano se suman la laboriosidad, el entusiasmo, la alegría de compartir el surco con los compañeros durante un día de descanso, en función de sembrar alimentos; el cuadro de belleza natural se colma de la singularidad humana; y no cualquiera, sino la cubana, la que, en medio de muchas tempestades, sigue apostando por encontrar lo mejor del individuo.
Así ocurrió este 23 de noviembre en las tierras de la Empresa Agroindustrial Los Tamarindos, en la provincia de Artemisa. La tranquilidad de una mañana de domingo fue alterada por el ímpetu de quienes, aun teniendo la semana cargada de trabajo, no renuncian a encontrar la prosperidad de Cuba en el camino del esfuerzo diario, un axioma guevariano.
Entre esos hombres y mujeres estuvo el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Luego de siete días de entrega sistemática a la recuperación de las provincias orientales golpeadas por el huracán Melissa, de dialogar con los científicos y expertos para buscar soluciones a las arbovirosis, de recibir visitantes, recordar la historia y dar seguimiento a asuntos de prioridad nacional -como la recuperación del sistema eléctrico, la producción de alimentos, la estabilización macroeconómica, la lucha contra el delito y las ilegalidades, así como la atención a la capital-, el Jefe de Estado se sumó este domingo a la jornada nacional de trabajo voluntario. Lo hizo, uniendo familia y deber, junto a su esposa, Lis Cuesta Peraza.
Varias veces al año suceden estas jornadas productivas sin remuneración, pero la de este domingo 23 de noviembre fue doblemente especial, ya que coincidió con el 66 anoversario del primer trabajo voluntario protagonizado por el Comandante Ernesto Che Guevara en el Caney de las Mercedes, territorio del actual municipio granmense Bartolomé Masó, para trabajar en la construcción de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos.
En las tierras artemiseñas, muy cerca de La Habana, y junto a sus compañeros del Comité Central -entre ellos el miembro del Buró Político y Secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda-, el Primer Secretario, se dedicó a la siembra de alimentos.
Luego de las labores en el surco, Osnay Miguel Colina, presidente de la comisión organizadora del XXII Congreso de la CTC recordó al Che que, sin sacudirse el cansancio de la guerra, promovió con ejemplo la idea de que el trabajo productivo y creador sería nuestra fuente de riquezas.
«Desde entonces -dijo Colina- los cubanos nos hicimos mucho más guevarianos y mucho más solidarios. Gracias a esas jornadas levantamos hospitales y escuelas, sembramos y cosechamos, nos fuimos a los Ilanos y a las montañas, a cualquier lugar donde nuestros brazos fueran más necesarios.
Nos volvimos macheteros, constructores, agricultores, pero, sobre todo mejores seres humanos, mejores revolucionarios. Hicimos zafras de oriente a occidente, dimos vida a nuevas comunidades de viviendas, multiplicamos la producción agrícola y esas horas robadas al descanso significaron la alegría del deber cumplido por el bien común».
Hay que trabajar y mucho, tanto en la recuperación del Oriente del país como en la higienización de barrios y centros de trabajo ante la complejidad epidemiológica. Trabajar, producir, crear y pelear es el mejor resumen de estas horas, afirmó Colina.
En medio de un contexto desafiante, pero con motivaciones poderosas como el centenario del Comandante en Jefe Fidel Castro -quien definió a la Revolución como la capacidad de emanciparnos por nosotros mismos-, los trabajadores cubanos -señaló el dirigente sindical- mantienen vivo el espíritu del trabajo voluntario, impensable en otra sociedad donde solo el interés material mueve a los seres humanos.
Colina se refirió también a otros incentivos del proletariado cubano para la realización de esta jornada nacional como lo son la convocatoria al XXII Congreso de la CTC en el 2026, junto a la construcción colectiva del Anteproyecto de Ley del nuevo Código de Trabajo y la discusión del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía.





















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