En medio de tensiones económicas y retos estructurales, el Partido ha impulsado un Programa de Gobierno como hoja de ruta para la construcción del socialismo en tiempos de «economía de guerra». Para profundizar en los fundamentos, objetivos y alcances de este Programa —que será objeto de estudio popular entre el 15 de noviembre y el 30 de diciembre— conversamos con Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado y Jefe del Departamento Económico Productivo del Comité Central del Partido, quien ofrece claves sobre la estrategia de recuperación gradual de la economía y la visión política que la sustenta.
Desde el mismo nombre del «Programa de gobierno…» contiene el término «distorsiones»: ¿cuáles serían esas distorsiones fundamentales que este Programa busca corregir? ¿Hacia dónde está enfocado?
—Debemos remitirnos a diciembre de 2023, cuando el miembro del Buró Político del Partido y primer ministro Manuel Marrero Cruz, inicialmente en el pleno del Comité Central y luego en la Asamblea Nacional, informó al pueblo cubano sobre la proyección del gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía en el escenario de «economía de guerra» que vive la nación.
En ese marco, el Primer Ministro dejó claro un conjunto de distorsiones presentes en la economía nacional que era necesario atender de manera inmediata para frenar los efectos de las agresiones permanentes derivadas del bloqueo económico y de insuficiencias internas. Teníamos que implementar un conjunto de acciones que nos permitieran detener el decrecimiento económico, ajustar lo necesario y reimpulsar la economía a futuro.
Estas distorsiones y sus posibles soluciones, que fueron debatidas con la militancia del Partido, la Unión de Jóvenes Comunistas y los trabajadores, abarcan, de manera general, los siguientes aspectos:
- Las relacionadas con la macroeconomía, recogidas en el objetivo número uno(del Programa).
- Lo concerniente a los ingresos externos y lo que obstaculiza la captación de divisas, vinculado al objetivo número dos.
- La distorsión en las relaciones entre los actores económicos, que hoy frena el papel fundamental de la empresa estatal, el rol complementario de los actores económicos no estatales y sus correctas interrelaciones. Siendo esta una distorsión que no se manifiesta de la mejor manera, ni responde a lo que demandan los procesos económicos y sociales.
- La mirada territorial, es decir, la estrategia de desarrollo territorial, donde el territorio es un elemento esencial en la transformación que buscamos.
- La institucionalidad: el papel del gobierno y de los organismos de la Administración Central del Estado, que es necesario fortalecer para enfrentar estos procesos.
- Los temas vinculados al delito, la corrupción y la ilegalidad, presentes en la sociedad; problemas que no deseamos, por lo que debemos diagnosticar permanentemente, trabajaren su prevención, enfrentándolos con rigor.
- Las políticas sociales como elemento esencial en la construcción socialista. Si bien hemos avanzado en su concepción en la última etapa y contamos con programas sociales, en los resultados actuales debemos dar un salto superior.
- El Sistema Eléctrico Nacional. Recordemos que Lenin fue claro en esto: el comunismo en aquellas condiciones se traducía como poder de los soviets más la electrificación del país. Si nuestro sistema eléctrico no se reactiva al nivel que demanda la gestión económica, costará trabajo avanzar en el proceso de construcción socialista. Existe un programa para su reanimación, que requiere una mirada particular.
En este diagnóstico, un paréntesis para destacar los pilares de la gestión del gobierno —que después pasó a ser de gestión del Partido y del Estado cubano— con los temas y problemas que atiende, con una mirada particular hacia la ciencia y la innovación como fuerza transformadora de la sociedad, con énfasis en la transformación digital y la inteligencia artificial.
- Y la comunicación social, con especial atención a la comunicación política.
Se pueden resumir así los elementos esenciales que el Primer Ministro anunció como aquellas distorsiones presentes en la economía. Si se va al documento, se particulariza cada una de estas, definiendo lo que se pretende transformar con este Programa.
Primero fueron concebidas como proyecciones, después, tras una implementación en 2024, se consolidó un sistema de trabajo a partir de la consulta a académicos y expertos, se enriquecieron los objetivos generales, se construyeron objetivos específicos, se ampliaron los indicadores y las metas, y fue así que se construyó lo que tenemos hoy: un «Programa de gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía».
En los últimos tiempos hemos visto una serie de programas, lineamientos y documentos enfocados hacia los principales problemas de nuestra economía: ¿qué podríamos marcar como novedoso de este Programa? ¿Qué lo diferencia y distingue de esos otros documentos trazados en estos últimos años de crisis marcada por la pandemia hasta acá? ¿Qué mecanismos específicos lo pueden hacer más efectivo?
—La pregunta es muy interesante. Cuando se analiza la matriz de ataque de los enemigos de la Revolución, hay un elemento común: se refieren a «paquetazos» o califican de como «aisladas» a las medidas que toma el gobierno cubano para enfrentar el escenario complejo. Lo primero que debemos explicar es la naturaleza de este Programa. Para entenderla, es imposible desvincularlo del desarrollo histórico de la Revolución. No es algo creado para una coyuntura específica, sino que forma parte de una lógica en el proceso de desarrollo.
En el diseño de la actualización del modelo económico y social cubano, tenemos documentos rectores que hemos aprobado y sometido a consulta popular, alcanzando un consenso mayoritario. Esto no es solo desde el Sexto Congreso. Si se va a las bases de los documentos aprobados entonces, tienen un recorrido lógico desde el Primer Congreso del Partido hasta la fecha. Las tesis y resoluciones de ese primer congreso, transitando por el Programa del Partido y el Concepto de Revolución del Comandante en Jefe, han sido elementos esenciales que nos llevaron a los documentos rectores de hoy.
Me refiero a:
- La Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista.
- Los Lineamientos de la política económica y social del partido y la Revolución.
- El Plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030.
- Y, a corto plazo, el Plan de la economía y el Presupuesto del Estado.
La interrelación entre todos estos documentos es lo que le da robustez al Programa de gobierno. Este es un elemento que impulsamos en la coyuntura actual, que tiene expresión en aquellos documentos rectores y que juega un rol en ese diseño. No son medidas aisladas, responden a una lógica construida entre todos para alcanzar la visión de nación deseada.
Para explicarlo mejor:
- La Conceptualización del Modelo define lo que queremos ser y por qué. Es un documento escrito en tiempo presente para un horizonte futuro, que nos permite no apartarnos del camino del socialismo. Se actualiza congreso tras congreso.
- Las directrices políticas están en los Lineamientos, y la materialización práctica en el Plan Nacional de Desarrollo 2030. Ambos definen el mediano plazo y también se actualizan.
- El Programa de Gobierno está en el corto plazo —aproximadamente un año—y se actualiza anualmente. Su ejecución práctica se refleja en los planes de la economía y el Presupuesto del Estado, este último que se aprueba como ley cada año.
En esta arquitectura, el Programa de gobierno identifica, en el escenario actual de «economía de guerra», aquellos elementos que debemos estremecer y transformar para corregir distorsiones, frenar el decrecimiento y reimpulsar la economía. El objetivo final es alcanzar las metas del Plan Nacional de Desarrollo, materializar las directrices de los Lineamientos y conseguir la visión de nación de la Conceptualización. Entendiendo esta lógica, es imposible aceptar que se trate de un «paquetazo» o «sumatoria de medidas».
El Programa está constituido por un conjunto de objetivos generales, objetivos específicos, acciones, indicadores y metas que tributan a elementos expresados en los documentos que rigen la actualización del modelo económico y social de desarrollo socialista cubano y que, en los momentos actuales, necesitamos fortalecer su concreción.
¿Cuáles serían las principales fortalezas que distinguen a este Programa de anteriores que no siempre lograron todos sus objetivos propuestos? ¿Cuáles serían los mecanismos que asegurarían la efectividad y eficacia de este Programa, distinguiéndolo de otros?
—Partimos de los elementos generales, vayamos ahora a lo particular. A nuestro juicio, el Programa de gobierno define la planificación e implementación para la gestión de la situación actual que tenemos, por tanto él define el «cuándo» y el «cómo» gestionar esta crisis derivada del escenario de «economía de guerra» que enfrentamos. Es un mecanismo táctico para la gestión de crisis, con naturaleza correctiva y dinamizadora.
Responde a distorsiones críticas, desequilibrios macroeconómicos urgentes e impactos externos severos que amenazan la estabilidad y el cumplimiento de los objetivos estratégicos del Plan 2030.
Se articula con el Plan Nacional de Desarrollo —no lo sustituye— y se ejecuta mediante el Plan anual de la economía y el presupuesto del Estado. Pero es más que eso, como ha dicho nuestro Primer Secretario y Presidente de la República, «el Plan es lo mínimo que podemos hacer». Para corregir distorsiones y reimpulsar la economía en el menor tiempo posible, tenemos que entregarnos de manera extrema para poder lograr esos grandes resultados en términos de producción de bienes y servicios que nos permita generar las riquezas necesarias y una redistribución correcta de las mismas, cumpliendo así con los objetivos estratégicos que se plantean en el Plan Nacional de Desarrollo. Siempre que exista el imperialismo, como bien dijo el Comandante en Jefe, nosotros tenemos que ser celosos guardianes de la preparación para la defensa; pues bien, este contexto de «economía de guerra» implica defender el país y el Programa de gobierno también responde a esta lógica para el presente y el futuro de la nación cubana.
Entre los primeros señalamientos que recibió el Programa de gobierno tras su publicación estuvo que si bien el diagnóstico era certero, los «cómo» no estaban claros. ¿Pudiera referirse a algunos de esos «cómo» contenidos en el Programa?
—El Programa de gobierno tiene 10 objetivos generales, alrededor de 106 objetivos específicos, más de 340 acciones, y más de 260 indicadores y metas específicas. Cada acción tiene un organismo de la Administración Central del Estado responsable, los organismos de la Administración Central del Estado que participan en la construcción de esa acción, el indicador para medir la transformación de esa acción, la meta a alcanzar en el año en el cual se ejecuta esa acción y tiene a qué Lineamiento de la política económica y social del Partido y la Revolución responde o tributa esta acción. Se define así acción por acción y todas ellas van a tener responsables, participantes, indicadores y metas en el año en cuestión.
Evidentemente, si se leen los objetivos generales —como los desequilibrios macroeconómicos o la reactivación del sistema eléctrico— no se resuelven en un año. Incrementar los ingresos externos es un problema que tenemos que implementar año tras año por la importancia que tienen para la economía doméstica. La relación entre los actores económicos no es un asunto que se resuelva en un año. Vamos perfeccionando estas relaciones, pero constantemente hay que seguir avanzando en ello. Lo mismo para el sistema eléctrico nacional. Es decir, que los objetivos generales no se resuelven del todo en el año en curso, lo que sí hay acciones enmarcadas dentro de los objetivos específicos —y que tributan a los generales— que sí hay que resolverlos en un año porque van a tributar al estado deseado en el periodo de tiempo en el cual nos hemos propuesto alcanzarlo. Por lo tanto sí hay indicadores que tienen que verse transformados en un año y por eso el carácter anual del Programa.
¿Cuáles son los mecanismos de control que tenemos para poder llegar a esto? Ellos van en dos direcciones fundamentales. Primero, hay un sistema de trabajo para implementar las acciones del Programa, con seguimiento permanente por el gobierno revolucionario cubano y el Estado en todas sus estructuras. El Programa debe convertirse en algo que abracemos todos los cubanos, ya que nos va a permitir, después que lleguemos a un consenso sobre los problemas económicos y sociales, alcanzar sus metas más temprano que tarde.
Para ello, debe formar parte de los sistemas de trabajo del Partido —empezando desde los municipios, hasta la provincia y la nación—, asumiendo los aseguramientos políticos y comunicacionales, el control de los procesos y, sobre todo, impulsar el involucramiento de la vanguardia y las masas. Así mismo tiene que ocurrir en las estructuras del Estado y el gobierno, por lo tanto ningún consejo de la administración municipal debería dejar de discutir temas que tributen al Programa y que tengan salida en él.
Los cuadros tenemos la gran responsabilidad de conducir estos procesos con los instrumentos creados (rendiciones de cuenta permanente, intercambios con los trabajadores, asambleas de afiliados, núcleos del partido). Sin la participación y el involucramiento de todos, no se logrará. El Programa de gobierno tiene que convertirse en un instrumento, una herramienta de la cual nos apropiemos las cubanas y los cubanos para participar en el escenario económico y social de manera que podamos enfrentar la fuerte crisis y resolver esos problemas.
Para que las personas participen tienen que hacerlo de manera consciente y para eso tienen que conocer el Programa; de modo que, el cómo comunicamos el Programa es clave. Derivado del Octavo Congreso del Partido se definieron dos escenarios, uno económico y otro ideológico. En ambos casos se construyeron estrategias económica y social, e ideológica, respectivamente. A raíz de todo esto sale el Programa de gobierno.
Hay un grupo económico del gobierno el cual conduce la implementación de las acciones, toma decisiones que luego tienen diferentes salidas administrativas en dependencia de su complejidad e impacto en la población.
Hay medidas que van a impactar en el pueblo, por tanto hay que asegurarlas de forma especial y es por esto que en el organismo rector de la comunicación en Cuba, que es el Instituto de información y comunicación social, se creó un equipo de trabajo de 12 especialistas (en comunicación social) para asegurar comunicacionalmente cada acción que debe estar, previa a su divulgación e implementación, avalada por este grupo.
Como ya he dicho, cada acción tiene un organismo de la administración central del Estado responsable, el cual a su vez es atendido por un viceprimer ministro y, por parte del Partido, está atendido por un departamento u oficina del Comité Central. A la par de los aseguramientos comunicacionales tienen que irse construyendo los políticos, para poder tener, previo a la implementación de la medida, claridad en esto. En el Comité Central del Partido se creó un grupo de trabajo dirigido por el miembro del Buró Político y Secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda, que evalúa los aseguramientos políticos y comunicacionales para la implementación de la acción definida en el Programa con sus diferentes salidas, ya sea para su publicación en Gaceta Oficial, o para discusión en los órganos colegiados.
Siguiendo estas mismas ideas, puede entenderse que está previsto ya un proceso de evaluación y rendición de cuentas que contempla, no solo al Partido, sino también a los ministerios y a otras instituciones en función del correcto cumplimiento del Programa de gobierno, ¿es así?.
—Es correcto. Tanto el Partido, como el Estado y el gobierno, en el tema de este Programa, pone a funcionar las estructuras y herramientas que tiene para poder llevar a cabo una correcta implementación de lo que se define allí. Tiene un seguimiento permanente por las estructuras partidistas, como ya expliqué, por las estructuras de gobierno, desde la base hasta los niveles superiores de dirección, igual por las estructuras del del Estado.
Para ello existen las rendiciones de cuenta permanentes, los intercambios permanentes con la masa de trabajadores, las asambleas de afiliados donde el primer punto del orden del día es rendición de cuentas del cuadro administrativo sobre los elementos esenciales a transformar en ese periodo de tiempo en cuestión; el núcleo del Partido que discute su tema fundamental que tiene que tributar a cuestiones como esta y que exige a la militancia y, sobre todo, convoca a la masa en general, para poder cumplir sus objetivos.
Tenemos el diseño en la arquitectura del sistema político cubano que nos va a permitir controlar los procesos que se deriven de la implementación del Programa de gobierno, desde el Partido, el Estado y el Gobierno.
Un punto neurálgico es la participación colectiva en relación a dicho Programa de gobierno que tribute a un perfeccionamiento del mismo. En este sentido se ha convocado a que los trabajadores, y el pueblo en general, se relacione con el Programa, lo lea, lo estudie, se lo apropie y proponga sugerencias, críticas, modificaciones, etc. ¿Cómo se recepcionará esta participación popular y qué impacto tendrá en el Programa?
—Necesariamente debo remitir al Décimo Pleno del Comité Central del Partido, que dando continuidad a los acuerdos del Octavo Congreso, evaluó y aprobó una propuesta del Buró Político que es el Informe sobre el cumplimiento del Programa de gobierno durante el primer semestre del año 2025. Este informe presentado por el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, fue luego respaldado por el Quinto Periodo Ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su décima legislatura, en cuyo escenario recibió el respaldo de los diputados. En esta discusión se llegó a la conclusión de realizar un proceso de estudio y análisis con los militantes del Partido, la Unión de Jóvenes Comunistas, las organizaciones de masas y las estructuras del Estado y el gobierno sobre el Programa de gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía. Este proceso de debate e intercambio con la población en general, va dirigido en tres direcciones fundamentales:
Lograr la comprensión integral del Programa y las conexiones entre los objetivos generales, específicos y las acciones. Para lograr una participación consciente del pueblo lo primero que se tiene que conocer es el Programa en sí y recuerdo que hasta aquí, muchas de las opiniones populares que nosotros monitoreamos desde el Partido, e incluso en artículos publicados en nuestros medios se preguntaban “¿qué cosa es el Programa de gobierno? y ¿dónde está?”. No se trataba de falta de voluntad para dar a conocer dicho Programa, sino que, como se explicó al inicio de la entrevista, lo que hoy llamamos Programa…, también ha sufrido una evolución a partir de las distintas consultas y experiencias que permitieron la construcción de un sistema de trabajo robusto para chequear y dar seguimiento a la implementación de determinadas acciones hasta llegar al actual Programa de gobierno. Hoy estamos en condiciones de presentarlo a debate y a intercambio con la población. Este es el momento oportuno para ello.
Aportar al Programa. Este proceso es ideal ahora, porque estamos construyendo el Programa para el año 2026, por lo que las ideas que surjan formarán parte de él.
Determinar cómo nos insertamos como pueblo en el Programa. Todo esto tiene una expresión concreta en el escenario en el que nos desenvolvemos, en el territorio, en el centro laboral estatal, o privado, o cooperativo, etc. Por ejemplo, un indicador relacionado con el incremento de la producción de carne porcina y dice el Programa de gobierno que tenemos que llegar este año a 78 000 toneladas de cerdo; esto va al municipio, al centro porcino, al productor privado y demás escenarios. Si yo no cumplo con la parte de esas toneladas de cerdo que me corresponden, se afecta el total y ahí hay una expresión concreta en las responsabilidades individuales. La pregunta es: ¿qué me toca a mí, como campesino, obrero, maestro, médico o trabajador por cuenta propia, para contribuir a lo que se indica en este Programa?
Para lograr esto, hay distintas etapas. Es necesario estudiar lo hecho y dicho hasta ahora, por ejemplo a partir de las intervenciones en la clausura del Quinto Periodo Ordinario de la Asamblea Nacional, de nuestro Primer Secretario y Presidente de la República y las del Primer Ministro, elementos de base en este proceso. Todo esto, desde la intervención del Primer Ministro en diciembre de 2023 será el cimiento fundamental para comprender el Programa y marcará el intercambio, participación e inserción en el proceso de discusión asociado a él.
La intención última de este proceso político es, desde el conocimiento, encontrar nuestra participación activa alrededor de este Programa y fraguar la unidad monolítica de los cubanos en torno a estas cuestiones. Aspiro a que este debate nos permita alcanzar el consenso necesario sobre los temas económicos y sociales que enfrentamos, y que de esta sabiduría popular bebamos para que todos comprendamos el Programa y participemos en su concreción.
Al escucharlo, inevitablemente pensamos en todo el movimiento popular que se generó durante la consulta de la Constitución de 2019 y luego con el Código de las Familias; procesos que, sin duda, movilizaron al pueblo cubano en su conjunto en función de documentos clave para la vida del país. ¿Se espera un movimiento colectivo similar de consulta popular para el Programa de gobierno? Y, en tal caso, ¿cómo se recepcionarán las opiniones? Nos preguntamos si ya se conocen los mecanismos que se utilizarán para recoger y procesar esa multitud de sugerencias del pueblo, y si estos se darán a conocer.
—La respuesta es sí. Vamos a un intercambio con el pueblo sobre el Programa de gobierno. Recuerden que el pueblo está organizado en estructuras. Empezando por el Partido organizará su proceso, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y sus sindicatos organizarán el suyo, la Unión de Jóvenes Comunistas y las organizaciones juveniles también, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), el Estado cubano y el gobierno en sus distintas instancias igualmente.
Por ejemplo, desde el gobierno, los consejos de dirección, los consejos de la administración municipal, los consejos de gobierno a nivel provincial y el Consejo de Ministros. Del mismo modo, el Estado a través de las asambleas municipales del Poder Popular, y el Partido desde los núcleos, los burós y comités municipales y provinciales, el Secretariado y el Buró Político, organizarán su proceso. La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y los CDR también tienen su organización para llegar hasta sus estructuras de base. Sí, está concebido como un debate intenso con la población cubana.
El sector no estatal de la economía es un gran reto. Por una parte, hay actores económicos privados o cooperativos que están sindicalizados, tienen núcleos del Partido o comités de base, y ahí se generará el debate. Pero hay otros que no, y para ellos tenemos que lograr aglutinarlos en espacios comunes, hacerles llegar el Programa y, sobre todo, que cumplan los objetivos que les competen. Existe un diseño particular para las formas de gestión no estatales para lograr este intercambio, que consideramos muy importante, ya que pueden aportar muchísimo desde su experiencia y definir cómo se insertarán en estos retos, tanto para lo que queda de año, como para el próximo.
Respecto a la recepción de las opiniones, hemos construido, a la par del diseño del proceso, herramientas computacionales para captar la información. Se ha creado un instrumento, una tabla o tabulado, que nos permitirá registrar las propuestas desde el primer contacto. Como mencioné, el primer objetivo es conocer el programa y aportar a su construcción para el próximo año. En las reuniones se captará la información: cuál es la propuesta, su clasificación y su origen. Esto se consolidará en los comités municipales del Partido. La UJC, la CTC, la ANAP, el gobierno y todas las estructuras del Estado llevarán sus propuestas aglutinadas a esta instancia, de donde ascenderán a las estructuras provinciales y finalmente al Comité Central del Partido.
Hemos construido herramientas computacionales que nos van a permitir recepcionar toda la información derivada del intercambio con las masas. Recuerden que el primer objetivo es estudiar el Programa y aportar a él, por lo tanto es imprescindible conocer cuál es ese aporte para construir el nuevo Programa de gobierno del año 2026. Esa herramienta permitirá en cada reunión captar las propuestas, clasificarlas y aglutinarlas en los comités municipales del Partido hasta llegar al Comité Central del Partido a través de distintos equipos de trabajo. Sí hay una herramienta informática para captar, procesar y poner a disposición de los equipos de trabajo estas propuestas.
Estas propuestas formarán parte también de los documentos que se presenten en el Congreso del Partido.
El segundo objetivo es «cómo me inserto yo». Eso es propio de cada centro laboral y territorio, por lo que debe formar parte de sus sistemas de trabajo internos y del seguimiento de la estructura que lo discutió. Por ejemplo, cómo logro el plan de viandas, cómo doy la calidad del servicio, cómo ejecuto el ingreso de divisas planificado; son acuerdos del territorio y les compete a ellos darles seguimiento.
¿Estas opiniones y sugerencias recepcionadas serán parte de la versión final del Programa?
—Las opiniones y sugerencias recibidas enriquecen la versión actual, pero recuerden que estamos en el mes de noviembre, de modo que, sobre todo, formaría parte del Programa de gobierno para el próximo año. Este proceso forma parte también de la intervención del Primer Ministro ante el próximo pleno del Comité Central y la próxima sesión ordinaria de la Asamblea Nacional.
El objetivo 4 del Programa se refiere al «redimensionamiento de la empresa estatal». Partiendo de que no podemos renunciar a que esta continúe siendo el sujeto fundamental de nuestra economía, a la vez de reconocer sus actuales dificultades, ¿qué acciones concretas de importancia podemos identificar dentro del Programa para que la empresa estatal siga siendo ese sujeto fundamental y logre una relación orgánica con los demás sujetos económicos en el ecosistema empresarial?
—Nosotros tenemos, en el entramado económico cubano, actores económicos: estatales, privados, cooperativos, mixtos, etc. Cada uno de ellos en el plano individual tiene una responsabilidad. La pregunta va dirigida entonces al papel fundamental que tiene, en el diseño de ese entramado económico cubano, la empresa estatal.
Tenemos ejemplos de empresas estatales robustas en este escenario actual, que han logrado interpretar las exigencias de la contemporaneidad y han podido realizar una transformación productiva e inserción internacional que le ha permitido jugar su papel. Dentro del bloqueo brutal y las carencias derivadas a las que estamos sometidos, existen modelos de éxito. ¿Por qué lo han logrado? Porque ponen la eficiencia empresarial como primordial en su gestión, modifican su matriz energética, se conectan con otros actores económicos a través de proyectos comunes, son empresas de base tecnológica, ponen el cocimiento en función del desarrollo y no solo exportan bienes y servicios sino también intangibles; en fin, interpretan el diseño que tiene el país para ellos y lo llevan a vías de hecho. Y por tanto, es un actor esta exitoso. Esto demuestra que el diseño que tenemos da resultado. El que no lo interpreta de esta manera se nos queda rezagado. El desafío es que la mayoría transite este camino.
No soy un soñador, también hay escenarios difíciles: el combustible, impacto energético, etc. Pero se requiere una mentalidad innovadora para buscar soluciones ante estos problemas. Tiene que ver con una mentalidad en función de buscar cómo transformar las adversidades actuales en posibilidades. La creatividad y la innovación tiene que tributar a la eficiencia empresarial. También debemos replantear las relaciones de las organizaciones superiores de dirección empresarial con las estructuras de base, evaluar sistemas exitosos como las Unidades Empresariales de Base (UEB) o esquemas de MiPyMes estatales, y dar una mirada diferenciada a las empresas con pérdidas para transformar sus causas. Porque una empresa que salga de la pérdida y vaya a modelos de éxito de su gestión implica una mayor generación de utilidades y familias que se van a beneficiar.
El rol de los actores no estatales, aunque se hable principalmente de los estatales, es crucial. Hay que perfeccionar su mecanismo de aprobación a nivel municipal para conectarlos con las estrategias de desarrollo, revisar los temas de contratación y los objetos sociales de las MiPyMes, y buscar una correcta relación entre los actores estatales y no estatales a través de contratos robustos, alianzas, empresas mixtas y asociaciones económicas. Cada actor debe aportar desde su fortaleza para lograr ese encadenamiento productivo que transforme la realidad. Del debido estado de la empresa estatal como sujeto fundamental dependerá todo lo demás.
Finalmente, este proceso de consulta se cerrará antes del Noveno Congreso del Partido el próximo año, ¿significa esto que el Congreso se limitará a refrendar un Programa ya elaborado, o tendrá la capacidad de modificarlo sustancialmente basado en el debate colectivo?
La respuesta es sí. Cuando hemos debatido esto, nuestro Primer Secretario lo ha dejado claro en múltiples ocasiones y ha sido muy enfático. Él ha dicho que este es, y cito, «el proceso de mayor importancia que vamos a realizar en este momento». Y no son pocos los procesos que estamos haciendo; en realidad, estamos gestionando varios en paralelo. Vamos a discutir ahora distintos documentos que irán al Congreso del Partido.
El presidente insiste en esto porque está concentrado en el principal problema, que es la batalla económica. Y tenemos que lograr, como él ha explicado, que este proceso aporte mucho a la unidad, y sobre todo, a encontrar consenso alrededor de los temas económicos, lo cual sería muy importante para el presente y el futuro de la Revolución. Por eso él ha demandado que hay que asegurar bien este proceso.
Es un proceso que debemos consolidar, tenemos que lograr que estremezca a la sociedad. Y como es una discusión previa al IX Congreso del Partido, estamos movilizando a las masas alrededor del Programa de gobierno y les estamos pidiendo que aporten. Por lo tanto, esas contribuciones deben formar parte de los documentos que discutiremos en el IX Congreso. Entonces, viene en un momento ideal.
Yo recuerdo a Fidel cada vez que veo estos temas. Hay una frase de Fidel que dice: «el genio está en las masas, el genio masivo». De esa savia popular, nosotros tenemos una oportunidad increíble, porque vamos a enriquecer los documentos que van de cara al Congreso con estos aportes.
Por lo tanto, a partir de esa participación consciente, de ese aporte consciente, vamos a poder enriquecer esos proyectos. De ahí que se deba potenciar que las personas hagan propuestas. Para hacer propuestas hay que estudiar; no se deben hacer propuestas por hacerlas. Hay objetivos definidos, concretos, específicos, generales, y hay acciones concretas. Para hacer una propuesta tengo que saber eso, porque la acción tiene que tener un indicador claro.
Y lo he dicho por tercera vez: tiene que ser el espacio para lograr el consenso alrededor de los temas económicos. Hay varios enfoques, y como son temas económicos, no es una ecuación lineal con una solución única. Hay diferentes vías para llegar a esa posición. No es mágico; se logra por aproximaciones sucesivas, se logra con aportes de todos. Pero cuando lleguemos al consenso, ese es el consenso. Que no quiere decir que todos estemos de acuerdo, pero es el consenso. Y ese es el camino que tenemos que transitar todos para poder llegar a esa expectativa que queremos.
Por lo tanto, yo aspiro —es mi deseo— aprovechar al máximo esa consulta popular y que realmente las personas lo entiendan y participen conscientemente, aporten, y sobre todo, que se inserten. También es una oportunidad única para nosotros de intercambiar sobre conceptos y sobre decisiones que hemos tomado, y sobre las cuales todavía hay un debate muy intenso en la sociedad cubana.
Ahí se abren temas como la dolarización parcial de la economía, el tema de las desigualdades que están presentes hoy. ¿Por qué están presentes? ¿Cuáles son las condiciones que generan eso? ¿Cuáles son las tendencias negativas que están presentes y que nos duelen porque no estamos felices con ellas? ¿Cómo vamos a enfrentar y transformarlas? Tenemos que transformar esas realidades; no queremos que eso esté presente.
¿Cómo vamos a potenciar las exportaciones? El mercado cambiario, que ya lo hablamos. ¿Cuáles son las afectaciones reales del bloqueo? Vamos a analizar a fondo cuáles son esas afectaciones reales y cómo vamos a saltar por encima del bloqueo, porque no solo se trata de caracterizar las afectaciones, sino de cómo vamos a hacer para resolverlas.
Hay que reconocer los errores que hemos cometido y también las virtudes, porque no todo han sido errores, sino las virtudes que nos ha traído hasta aquí.
Las relaciones entre los actores económicos, los temas de dinámica demográfica y los temas migratorios que nos impactan tanto, el control popular del que todos hablamos, pero bueno, ¿cómo se materializa en los espacios en cuestión? El tema de cómo vamos a producir más alimentos. Cómo desde el control interno hacemos que los pocos recursos con los que contamos se distribuyan y no se desvíen hacia un destino que no es el que queremos.
El tema de los pilares de la gestión del gobierno que pasó a ser el pilar de la gestión del Partido. Lo que en materia social hemos logrado y cómo lo vamos a potenciar, me refiero al programa de Adelanto a la Mujer, el programa Color Cubano, el Código de la Niñez, la Adolescencia y la Juventud... en fin, hay cosas que nosotros podemos mostrar en esto.
Para tener soberanía tenemos que producir más. Y por tanto, hay que estar conscientes de que debemos producir más, de que podemos producir más, a pesar de todas las complejidades que tenemos.
Yo esto lo veo de la siguiente manera: la economía es la base principal de la construcción socialista. Como bien saben, es un estadio intermedio; nosotros estamos construyendo una sociedad comunista, a la que llegaremos algún día. Yo soy de los que defienden a plenitud eso. Pero en ese proceso de construcción socialista, tiene que estar unido a la conciencia, a la educación, a la movilización del pueblo, que es en definitiva el sujeto que construye el socialismo.
Por lo tanto, aquí hay cuatro elementos que lo sustentan:
La economía, que es la base principal.
La construcción de la sociedad comunista, que es a donde queremos llegar y está ahí en la Constitución de la República de Cuba, en esta etapa de construir el socialismo como objetivo a lograr.
La participación consciente del pueblo, cuya movilización es clave.
Lo social y la conciencia como elemento distintivo.
Todo esto me da una relación causal: economía que es base + conciencia y pueblo que es sujeto = construcción socialista que es resultado.
¿Hacia dónde va dirigido ese proceso político que queremos? Hacia la conciencia y el pueblo, que es el sujeto. Si nosotros realmente logramos ese entendimiento, esa participación consciente, evidentemente la economía, que es la base, tiene que comenzar a crecer. Y, como en una ecuación lineal, si todo esto crece, bueno, se afianzará más el socialismo y avanzaremos más en este proceso que queremos alcanzar y que construimos día a día en la sociedad.
Con esto se adelantó a nuestra última pregunta que tenía la intención de redondear toda la entrevista. Ya sabemos que en economía no hay medidas mágicas ni soluciones inmediatas. Por eso queremos saber si podríamos considerar este Programa de gobierno como una hoja de ruta vital y clave para mejorar nuestras actuales condiciones de vida, sin apartarnos de ese camino de transición socialista que siempre ha caracterizado a la Revolución?
—Bueno, eso ya lo respondí.
Sí, se adelantó.
—Pues es eso: es la hoja de ruta. Por tanto, en los momentos actuales, para enfrentar un escenario de «economía de guerra», y en perfecta conexión con los documentos rectores que hemos aprobado congreso tras congreso, yo creo que es la hoja de ruta para nosotros corregir aquellas distorsiones presentes, o tendencias, que nos puedan apartar del camino; reimpulsar la economía y transitar en el proceso de construcción socialista.



















COMENTAR
Lázaro dijo:
1
21 de noviembre de 2025
16:28:10
Responder comentario