Los trabajadores bancarios cubanos –en cuyas manos no descansan meras cifras, sino la responsabilidad de sostener un sistema asediado por bloqueos y crisis globales– celebran este 13 de octubre los 65 años de la nacionalización de este importante sector.
De acuerdo con el sitio web del Banco Central de Cuba (BCC), la efeméride data del 17 de septiembre de 1960, cuando al amparo de la Ley no. 851 se firmó la resolución no. 2 mediante la cual se nacionalizaron tres bancos norteamericanos, todas sus sucursales y dependencias en el país; y al mes siguiente, el 13 de octubre del propio año se promulgó la ley no. 891 que declaró pública la función bancaria.
Juana Lilia Delgado Portal, actual ministra presidenta del BCC, señaló entre los retos actuales el de continuar avanzando en las medidas de estabilización monetaria y cambiaria; así como en la modernización tecnológica y mejora de los servicios para satisfacer las demandas del pueblo.
«Colocar a la banca en un estadío superior de modernidad y seguridad» no es solo un lema, sino una batalla cotidiana contra limitaciones materiales y presiones externas, precisó.
Según añade el BCC la historia de la banca cubana es también un relato de abnegación tejido por generaciones de trabajadores que, desde el Che hasta hoy, han convertido cada ventanilla en trinchera. Su honestidad, consagración y apego a los valores revolucionarios son el antídoto contra viejos y nuevos desafíos. En un mundo donde las finanzas suelen ser armas de dominación, Cuba insiste en hacer de su sistema bancario un bastión de justicia.
Precisamente el origen de esta conmemoración se remonta a los años 60, cuando la Revolución Cubana, recién nacida, enfrentó el desafío de proteger sus reservas monetarias y desarticular maniobras fraudulentas, así como de evitar que los funcionarios que tuvieran complicidad con la tiranía pudieran extraer sus capitales del país.
La designación del Che Guevara como presidente del Banco Nacional de Cuba (BNC) el 26 de noviembre de 1959, mediante el Decreto no. 2261, marcó un giro trascendental: aquella institución, antes al servicio de intereses foráneos, se convirtió en un verdadero instrumento para la defensa de los intereses nacionales y la construcción de la nueva sociedad.
Bajo su mando, Cuba rompió con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, organismos que encarnaban la dominación financiera del capitalismo global.
De todas las tareas a las que el BNC se había enfrentado desde su fundación ninguna fue de tanta connotación política, tan complicada y trascendental como la nacionalización de la banca, impulsada para hacerle frente a la política del gobierno norteamericano de destruir la Revolución por medios económicos.
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