ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Se cumplió la profecía de Fidel: ¡Volvieron! Foto: Estudios Revolución

Cuando Ignacio Ramonet le preguntó a Fidel: ¿Cuáles son las principales preocupaciones que, como Jefe de Estado, tiene usted actualmente? Él dejo claras muchas cosas, pero de las primeras que mencionó dijo: «Hoy la atención nuestra se concentra (…) en la lucha por la liberación de los Cinco Héroes, que están presos en Estados Unidos».[1]

Y así fue, una lucha constante, un reclamo incesante, un pedido de justicia que unió a todo el pueblo de Cuba. La liberación de Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, René González Sehwerert y Fernando González Llort estuvo entre las prioridades del Comandante en Jefe, y de este pueblo que siempre confió en las palabras de Fidel cuando dijo: «Ellos no han cometido un solo acto de violencia. Planteamos, sostenemos y estamos dispuestos a probar que son presos políticos, prisioneros del imperio. (…) Esa acusación la haremos polvo, la inocencia de esos patriotas es total. Solo les digo una cosa, ¡Volverán!».[2]

 

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Nuestros héroes tendrán que ser liberados, expresó Fidel, en 2002. «Como una prueba más de rabia y odio, continúan recibiendo un trato despiadado y brutal. Creyendo que con ello destruyen su moral y firmeza. Los han dispersado por cinco prisiones de alta seguridad en que las distancias mínimas entre cada uno de ellos rebasan los 1 400 kilómetros, después de azaroso y cruel recorrido, siempre recluidos en celdas de castigo, para ser entremezclados ulteriormente en prisiones donde el control, la imparcialidad y la moral de las direcciones carcelarias brillan por su ausencia. (…) Y esto se hace contra hombres que, buscando información sobre el terrorismo, defendían a su pueblo de la muerte»[3].

«La enorme injusticia cometida contra ellos será conocida por el mundo entero. Millones de libros transmitirán la verdad y el mensaje de Cuba. ¡Nuestros compañeros, más temprano que tarde, volverán! No importa lo que cueste y donde estén».

 

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El 17 de diciembre de 2014, el General de Ejército, Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, se dirigió al pueblo cubano y expresó: «Como prometió Fidel, en junio del 2001, cuando dijo: ¡Volverán!, arribaron hoy a nuestra Patria, Gerardo, Ramón y Antonio»[4] –René y Fernando ya se encontraban en el país, desde antes–.

«La enorme alegría de sus familiares y de todo nuestro pueblo, que se movilizó infatigablemente con ese objetivo, se extiende entre los cientos de comités y grupos de solidaridad; los gobiernos, parlamentos, organizaciones, instituciones y personalidades que durante estos 16 años reclamaron e hicieron denodados esfuerzos por su liberación. A todos ellos expresamos la más profunda gratitud y compromiso».

El pueblo cubano hizo suya la causa de los Cinco. Foto: Yander Zamora

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Los recibí el sábado 28 de febrero, 73 días después de que pisaron tierra cubana. Tres de ellos habían consumido 16 largos años de su más plena juventud al respirar el aire húmedo, maloliente y repugnante de los sótanos de una prisión yanqui, después de ser condenados por jueces venales. Otros dos, que igualmente trataban de impedir los planes criminales del imperio contra su Patria, fueron condenados también a varios años de prisión brutal[5].

Los propios organismos de investigación, ajenos por completo al más elemental sentido de la justicia, participaron en la inhumana cacería.

La inteligencia cubana no necesitaba, en absoluto, seguir los movimientos de un solo equipo militar de Estados Unidos, porque esta podía observar desde el espacio todo lo que se movía sobre nuestro planeta a través de la Base de Exploración Radioelectrónica «Lourdes», al sur de la capital de Cuba. Este centro era capaz de detectar cualquier objeto que se moviera a miles de millas de nuestro país.

Los Cinco Héroes antiterroristas, que nunca hicieron daño alguno a Estados Unidos, trataban de prevenir e impedir los actos terroristas contra nuestro pueblo, organizados por los órganos de inteligencia norteamericanos, que la opinión mundial sobradamente conoce.

Ninguno de los Cinco Héroes realizó sus tareas en busca de aplausos, premio o gloria. Recibieron sus honrosos títulos porque no los buscaron. Ellos, sus esposas, sus padres, sus hijos, sus hermanos, y sus conciudadanos, tenemos el legítimo derecho a sentirnos orgullosos.

En julio de 1953, cuando atacamos el Moncada, yo tenía 26 años y mucho menos experiencia que la que ellos demostraron. Si estaban en Estados Unidos no era para hacer daño a ese país, o tomar venganza por los crímenes que allí se organizaban y abastecían de explosivos contra nuestro país. Tratar de impedirlos era absolutamente legítimo.

Lo principal a su llegada era saludar a sus familiares, amigos, y al pueblo, sin descuidar un minuto la salud y el riguroso chequeo médico.

Fui feliz durante horas ayer. Escuché relatos maravillosos de heroísmo del grupo presidido por Gerardo y secundado por todos, incluido el pintor y poeta, al que conocí mientras construía una de sus obras en el aeródromo de Santiago de Cuba. ¿Y las esposas? ¿Los hijos e hijas? ¿Las hermanas y madres? ¿No los va a recibir también a ellos? ¡Pues también hay que celebrar el regreso y la alegría con la familia!

(…) Quería intercambiar con los Cinco Héroes. Durante cinco horas ese fue el tema. Dispongo, afortunadamente, del tiempo suficiente para solicitarles que inviertan una parte de su inmenso prestigio en algo que será sumamente útil a nuestro pueblo.

 

[1] Libro Cien horas con Fidel.

[2] Discurso pronunciado por Fidel Castro en la Tribuna Abierta de la Revolución, municipio del Cotorro, Ciudad de La Habana, el 23 de junio de 2001.

[3] Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto solemne de condecoración a las madres y esposas de los Cinco Héroes de la República de Cuba prisioneros del imperio. Teatro Karl Marx, el 8 de marzo de 2002.

[4] Alocución del General de Ejército, Raúl Castro Ruz: Los Cinco ya están en Cuba.

[5] Reflexiones de Fidel: Cinco horas con los Cinco.

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