¿Cómo establecer el tránsito natural de la academia al diálogo generacional y participativo? ¿Qué estrategias implementar para que la historia no sea solo un saber, sino conciencia y continuidad?
Esas y otras interrogantes guiaron la XIX edición del Congreso Internacional de Pedagogía 2025: Encuentro por la unidad de los educadores, que finalizó ayer en la capital, y que constituyó el espacio propicio para que educadores, y nuevos pupilos en formación, dialogaran sobre experiencias y nuevas tendencias en el magisterio, vinculadas con las vertientes actuales de la ciencia y la innovación.
En el evento, que aglutinó a un centenar de delegados cubanos y de 32 países invitados, se sustentó la formación integral de un ciudadano crítico, identificado con su nación, y con la preservación de la paz, y se ratificó, además, el deber ineludible de enarbolar la convicción martiana de una educación «con todos y para el bien de todos».
Por eso, y porque solo es posible concebir un modelo de desarrollo alternativo, sostenible e inclusivo, con una educación humanista, resulta decisiva la tarea de que este pilar se mantenga en constante renovación.
Naima Trujillo Barreto, ministra de Educación, lo dijo bien claro: la educación es el primer paso para garantizar el desarrollo humano, «el destino de la humanidad se decide en nuestras manos».
En el acto de clausura, al cual asistieron Susely Morfa González, jefa del Departamento de Atención al Sector Social, del Comité Central del Partido Comunista; los vice primeros ministros, Inés María Chapman Waugh y Eduardo Martínez Díaz; además de otros miembros del Gobierno y del Partido, se le entregó la distinción Por la Educación Cubana al fraile dominico brasileño Frei Betto.



















COMENTAR
Responder comentario