ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El ganado ovino también se fomenta en esta finca agropecuaria. Foto: Luis Alberto Portuondo

De alguna manera, un hermoso paraje ubicado al norte de la Ciudad Héroe, en el municipio de Contramaestre, se define como un verdadero alcázar (o fortaleza real) en un tema de seguridad nacional tan sensible y estratégico como lo es el de la producción de alimentos.

Fiel a la tradición de los alcázares de la Península, el de Santiago de Cuba es la referencia en el poblado de Romana 7, y su prestigio trasciende la Isla. Con unas 1 100 hectáreas y más de 70 años de historia como una finca principalmente ganadera.

Víctor Manuel Montesino Rodríguez es el director de la finca genética El Alcázar. A sus 50 años, permanece a tiempo completo y lejos de su familia. Sus conocimientos sobre el lugar son palpables en cada palabra que comparte.

El ordeño, el pastoreo, la atención integral a la masa, el trabajo constante en las plantaciones, la consagración de gente noble, que vive y trabaja en el campo, son peculiares por estos lares. Este espacio deviene un paraíso natural y centro de innovación y de desarrollo en el ámbito agropecuario, en el cual la ciencia y la tradición se entrelazan para dar vida a proyectos sustentables y competitivos.

El ingeniero agrónomo, también diputado al Parlamento cubano, comentó a Granma que esta finca tiene una historia rica y fascinante.

«La antigua propietaria, María Antonia Puyol Bravo, fue una mujer verdaderamente extraordinaria, amiga personal de nuestro querido Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Su capacidad de convocatoria y la acogida eran notables; podía reunir a personas de diferentes procedencias y ámbitos sociales, creando así un ambiente de respeto y fraternidad que trascendía cualquier tipo de prejuicios».

María Antonia, no solo dejó un legado emocional en la finca, sino que también sentó las bases para un proyecto que hoy se enfoca en la ciencia, la innovación y el desarrollo sostenible. La finca genética El Alcázar se ha convertido en un referente en la producción ganadera en Cuba, destacándose por su compromiso con la genética de alta calidad y las prácticas sustentables.

Luego de su fallecimiento, en 2018, por indicación del General de Ejército Raúl Castro Ruz, se buscó un cuadro en la provincia que diera continuidad a la obra de María Antonia, y ese cuadro fue Víctor: «Si me preguntan cuál ha sido mi mayor reto como cuadro, digo con satisfacción y seguridad que ha sido El Alcázar», afirmó con determinación.

 

Víctor Manuel Montesinos. Foto: Luis Alberto Portuondo

COMPROMISO Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

Parte de las proteínas que se obtienen en la finca se destinan a hospitales de la provincia desde hace alrededor de tres años. Los propósitos principales del enclave incluyen la producción, reproducción y preservación de cinco patrones genéticos: bovino, equino, porcino, cunícula y ovino. Recientemente se introdujo el bufalino, que pronto se convertirá en el sexto patrón.

Dentro del ganado bovino, El Alcázar cuenta con cinco razas, tres de ellas productoras de carne y dos de leche. El encargo estatal de estas especies genéticas es garantizar animales para la reproducción, y hoy cuentan con una masa genética clasificada entre las mejores del país. Además, están promoviendo toros para la inseminación artificial.

La finca se ha diversificado con el objetivo de convertirse en un lugar que produzca alimentos para el pueblo. Actualmente tienen gallinas ponedoras, puercos de capa oscura, búfalos, avestruces, ovejas comerciales y gallinas de guinea. También incursiona en la crianza del caprino y cuenta con la mayor cantidad de ovinos pelibuey del país, que serán los primeros en ser exportados.

Montesino Rodríguez comentó que, en 2023, la entidad, con un colectivo de 120 trabajadores –de ellos nueve mujeres–, obtuvo la condición de Vanguardia Nacional, y el año anterior, además, tuvo el orgullo de haber sido la mejor expositora en la feria de Rancho Boyeros, el mayor evento agropecuario de Cuba.

 

CIENCIA Y SOSTENIBILIDAD

En estas tierras la ciencia no es solo una herramienta, es el corazón del proyecto común. Aquí se trabaja incansablemente para lograr una empresa que no solo sea competitiva, sino también respetuosa del medio ambiente. Las técnicas modernas de cría y manejo del ganado se implementan junto con prácticas tradicionales perfeccionadas a lo largo de los años.

La finca cuenta con una estación de inseminación y mantiene vínculos con la Universidad de Granma y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente para la transferencia de embriones. Recorrer El Alcázar es una fiesta para los sentidos: el paisaje, salpicado de árboles y sembrados uniformes, se complementa con un ambiente de cooperación y el trabajo rudo del campo parece no agobiar.

Anteriormente, no se producía leche en la finca, pero ahora se ordeña de manera mecanizada, utilizando dos razas productoras de leche. Se está introduciendo semen de mejor calidad para buscar hembras más productivas. Además, se ha encontrado en la búfala otra especie que produce leche, y se está introduciendo la cabra, con la intención de establecer una pequeña minindustria este año.

El objetivo es producir un queso de calidad extraordinaria a partir de una mezcla de leche de búfala y leche de cabra. A diferencia de la leche de vaca, la leche de búfala no contiene caroteno, lo que le confiere un color blanco puro. Además, tiene tres veces más materia grasa que la bovina, lo que la convierte en una opción saludable, ya que no altera los niveles de colesterol ni de triglicéridos. Contiene el doble de proteínas y aporta entre un 30 % y un 40 % más de calorías.

Actualmente tienen unas 80 búfalas y aspiran a alcanzar las 200, lo que equivaldría a tres vaquerías bufalinas. Estas producen leche con el doble de sólidos que la vacuna. Además, han comenzado a producir yogur de búfala, totalmente natural, sin aditivos ni colorantes, que contiene más de cien millones de bacterias lácticas, convirtiéndolo en un alimento probiótico de alto valor nutricional. En términos de densidad de nutrientes, una ración de yogur de búfala está cercana al doble del yogur de vaca.

La finca es, además, un espacio para la formación y el aprendizaje. Recibe a estudiantes, investigadores y profesionales del sector agropecuario que vienen a aprender sobre las mejores prácticas en genética animal y sostenibilidad. Las visitas guiadas permiten a los visitantes conocer de cerca el trabajo que se realiza en la finca, desde el cuidado del ganado hasta las técnicas avanzadas de reproducción.

Entre los miembros del equipo destaca Mariana González Espinoza, la especialista principal en Medicina Veterinaria, que a sus 24 años refirió que «siempre soñó con ser veterinaria y trabajar en El Alcázar, un sueño cumplido». Su día a día es dinámico, recorriendo todas las áreas de la finca, siempre preocupada por la salud y el bienestar de los animales.

Evy García Serrano, un anciano de 87 años, se mantiene fuerte y con deseos de aportar y enseñar a las nuevas generaciones de veterinarios. Con 53 años de experiencia, mostró sus fotos junto a María Antonia y el General de Ejército, y compartió su orgullo por enseñar a los más nuevos: «El que quiera ser un buen veterinario lo es, todo depende del interés que tenga cada cual, lo fundamental es aprender y entender a los animales como uno entiende a los humanos, entender el lenguaje de ellos», dijo.

 

EL PRESENTE DETERMINA EL FUTURO

Uno de los retos es establecer una minindustria cárnica para procesar las producciones que no se destinan al balance nacional. También se busca refrescar la sangre de los caballos, ya que poseen uno de los mejores hatos equinos de Cuba, con una raza que se destaca por su calidad.

Destaca una novilla de 24 meses que dio a luz un ternero llamado Sansao, en honor al mejor toro bermejo del mundo entre 2015 y 2022. Este ternero ha sido reconocido por su increíble potencial.

Este alcázar, como aquellos de la Península Ibérica, es una fortaleza –aunque sin reyes, sultanes o nobles–. Lo que sí puede ostentar son las joyas naturales, sus proezas productivas y que, de manera armoniosa, han creado un modelo de finca sostenible.

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