En Cuba están creados todos los sistemas para la atención a las personas, familias, y hogares en condiciones de vulnerabilidad; pero, en la práctica, las urgencias solicitan reconfigurar ciertos patrones, como la capacitación que se le ofrece a los trabajadores sociales.
Sobre formar más en lo humano –específicamente en tópicos como derechos humanos, violencia, género, discriminación racial y sexualidad– se refirió Yamila González, diputada por el pinareño municipio de Mantua, y aseguró que, por la falta de estos conocimientos, no se logran identificar en muchas ocasiones los problemas de las familias, «y no puedes acompañar si no estás preparado».
Otro tema de capacitación importante es el de la cultura jurídica: «En un momento como el actual, con un marco jurídico tremendamente protector, no nos pueden quedar esos vacíos. No se trata de convertirse en un jurista, sino de saber a dónde acudir y las posibles soluciones para las vulnerabilidades identificadas».
En ese sentido, la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, valoró que es imperdonable que, por la premura del completamiento de la plantilla de los trabajadores sociales, se coloquen personas sin la capacitación necesaria.
«No puede haber empirismo en el trabajo social», alertó, mientras explicó que nadie es vulnerable per se, sino que estas situaciones son condicionadas por factores multisectoriales, y en la detección temprana de cualquier causante está la verdadera razón de ser de los profesionales del sector.
Estas opiniones se generaron en el encuentro de las comisiones de trabajo de Atención a los Órganos Locales del Poder Popular y de Atención a la Juventud, la Niñez, y de los Derechos de Igualdad de la Mujer, al comprobar el impacto de las acciones que se realizan para desarrollar la política social y los mecanismos de protección a las personas en estas situaciones.
Con independencia de los avances en la situación de los desvinculados del estudio y el trabajo de algunos municipios, en las acciones que desde las direcciones de trabajo y seguridad social se acometen, es preciso insistir más en la oferta de cursos de superación y también la realización de las propias ferias de empleo, pues los resultados son aún muy conservadores, reconoció Arelys Santana Bello, presidenta de la segunda comisión referida, y diputada por La Habana del Este.
Los jóvenes y las mujeres, sostuvo, tienen mayor incidencia en la desvinculación, lo que hace necesario intencionar esta actividad fundamentalmente en las comunidades vulnerables, zonas rurales y del Plan Turquino, que concentran las estadísticas mayores de desempleados.
Precisó que no existe claridad en las funciones que competen al grupo de prevención y otros que se han creado para la atención a las demás políticas, proyectos o programas en lo que se incluye la incorrecta utilización del método de trabajo comunitario integrado.
Asimismo, enfatizó en la necesidad de elevar el control y la exigencia para continuar la ejecución de las acciones comprometidas en las comunidades y barrios en transformación.
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