Muchas son las reservas y potencialidades endógenas que aún no se explotan eficientemente a nivel territorial para impulsar la producción local de materiales de la construcción, en un contexto en el que ese programa, en todo el país, demanda de soluciones alternativas, ante el déficit de cemento, acero y combustible.
Basta con señalar que, según datos ofrecidos por directivos del Ministerio de la Construcción en Cuba, hasta el pasado año solo el 32 % de las capacidades existentes en los territorios estaban vinculadas al programa de producción local de materiales.
Al respecto, Delilah Díaz Hernández, directora general de Materiales de ese ministerio, explicaba, en una comparecencia en el programa Mesa Redonda, que «la meta es que toda la capacidad que existe en el territorio se vincule al programa y tribute a sus líneas de desarrollo y principales estrategias, pero aún no se ha llegado a ese nivel de efectividad».
Aunque reconoció que no en todos los municipios hay recursos naturales ni reciclables que permitan sostener y crear los 189 renglones del nomenclador aprobado para la producción local de materiales que requiere una vivienda para ser construida, tampoco se ha logrado «el uso intensivo y mayor de los recursos locales, al menos en las cantidades que pretendemos que se haga, para solucionar esta demanda creciente, y la necesidad que tienen muchas personas de reparar su vivienda o construir una nueva», subrayó.
DESDE LO LOCAL, ¿CUÁNTO SE PUEDE HACER EN GRANMA?
En un año en el que la entrada, por balance nacional, de recursos vitales como el cemento y el acero se comportan, hasta la fecha, por debajo del 45 % de lo planificado por la Empresa Productora de Materiales de la Construcción en Granma, ha sido preciso poner la mirada, con mayor énfasis e intencionalidad, en las producciones locales y en las potencialidades que tiene el territorio en sus yacimientos.
En ese sentido, Sulaida Magdelín Ferrales Cover, directora general de esa entidad, dijo a este diario que, para el actual calendario, los renglones endógenos que se producen o existen en cada municipio granmense –ya sean naturales o reciclados– constituyen las principales fuentes de materias primas con las que cuenta la entidad para respaldar el programa de la Vivienda en el territorio y otras acciones constructivas.
La provincia cuenta con arcilla, madera, roca caliza, zeolita y plástico reciclado, entre otros recursos que nos permiten reforzar el programa de producciones locales de la construcción, agregó la directiva, quien reconoció que, no obstante, quedan reservas por explotar más, así como yacimientos y canteras cuyas extracciones de materiales se han visto limitadas por el déficit de combustible, ante lo cual han tenido que acudir a la tracción animal para no detenerse.
También como parte de las estrategias para desarrollar la producción local de ladrillos –único elemento de pared que, a escala industrial, elabora en estos momentos esa empresa– se ha logrado concretar la existencia en los 13 municipios de Granma de hornos artesanales-temporales que fabrican este recurso.
Luis Jiménez Perea, quien ha sido uno de los impulsores del empleo de esa alternativa, explicó que ese tipo de horno no necesita electricidad ni combustible, pues emplea solo leña y, además, es posible quemar hasta unos 10 000 ladrillos en proceso en unas 11 horas.
«Como son ladrillos en proceso, al terminarse la quema se obtienen los ladrillos de la producción, y el sitio queda listo para volver a montar otro horno, de ahí su nombre de temporal», especificó el curtido trabajador.
«Con estos hornos hemos logrado producir, solo en el primer trimestre del año, más de 870 000 ladrillos, que equivalen a unas 25 células básicas, además de realizarse mil cubiertas de bóveda», señaló la directora de la empresa, Sulaida Magdelín.
De igual modo, significó la existencia en el territorio de nueve molinos que, a partir de la explotación de las canteras de arcilla, zeolita y piedra caliza impulsan, con el empleo de los hornos temporales, la producción de cal para extender el cemento.
A ello se suman los encadenamientos productivos realizados con otras entidades de la provincia, como Dione Artesanía, mediante los cuales se producen tuberías de plástico, y la Agroforestal, que suministra la madera para la fabricación de marcos, puertas y ventanas.
«En lo adelante, el mayor desafío que tenemos con esas producciones es hacerlas con calidad y ganar en eficiencia», reconoció la directiva.
Por su parte, Juan Miguel Téllez Beltrán, subdirector de Producción de la Empresa de Materiales de la Construcción, apuntó que, con el propósito de elevar los niveles productivos de ladrillos ya existentes en todos los territorios, se comenzó este año la construcción de hornos eficientes, capaces, cada uno, de fabricar entre 6 000 y 10 000 ladrillos en una quema (y se pueden hacer hasta tres quemas en un mes).
Actualmente están en ejecución los tres primeros, ubicados en los municipios de Bayamo, Yara y Niquero, «y la aspiración es construir en la provincia nueve de estos hornos eficientes», acotó.
POTENCIAL PRODUCTIVO DE LA CAÑADA
Enclavada en las afueras de la ciudad de Bayamo, la unidad empresarial de base (UEB) La Cañada, perteneciente a la Empresa de Materiales de la Construcción de Granma, es una de las entidades en las que se construye, desde el pasado mes de febrero, uno de los primeros hornos eficientes con los que contará la provincia.
«Este horno nos va a generar más cantidad y calidad en nuestras producciones», aseguró a este diario Alexis Machado Álvarez, mientras mostraba los avances de la obra, que ya se encuentra en el segundo de los tres niveles constructivos que requiere para su puesta en funcionamiento.
De acuerdo con Alexis, el principal impacto que tendrá el horno es el hecho de que la combustión para producir los ladrillos se realizará a base de leña.
«Con los hornos antiguos, que datan de más de 50 años, nosotros necesitábamos cerca de 5 000 litros de diésel en cada quema; es decir, que dos quemas eran unos 10 000 litros de combustible, con el impacto que, además, eso tenía en los costos de producción del ladrillo, mientras que ahora solo se requiere de leña, con cantidades por quema que no son significativas», apuntó.
A escasos metros de la UEB, también en La Cañada, el matrimonio de los jóvenes emprendedores Karina Milanés Silvera y Yunier Porto Piña lideran Pokarce, el único Proyecto de Desarrollo Local (PDL) que en el territorio fabrica elementos de barro cocido para obtener materiales de construcción.
Karina expuso que, precisamente explotando solo recursos endógenos que extraen de canteras radicadas en los municipios de Bayamo y Bartolomé Masó, producen materiales de la construcción altamente demandados, como ladrillos y bloques de cerámica, además de la rasilla, que se emplea en la impermeabilización de cubiertas.
Para ello cuentan con un horno ecológico de tiro invertido que se quema, con leña, y al cual se le inyecta aire para que la combustión sea mejor, logrando obtener, por ejemplo, en una quema, unas 4 000 rasillas y unos 6 000 ladrillos, con una calidad homogénea y un porciento muy bajo de roturas.
Sus producciones, que ya han sido comercializadas con varias entidades de la provincia, como instituciones de Salud Pública y obras sociales, además de haber logrado materializar contratos con actores económicos y empresas de otras provincias, son un referente de cuánto se puede hacer desde lo local, apostando a recursos del territorio y respetando la calidad de la producción.
«En el caso de las ventas minoristas, la experiencia también ha sido muy buena. La población considera que los precios son asequibles y la demanda de nuestros productos es constante», significó, a este mismo diario, hace un año, Karina Milanés.
Tanto el quehacer del PDL Pokarce como la búsqueda de soluciones alternativas que emprende la Empresa Productora de Materiales de la Construcción en Granma constituyen apuestas necesarias para oxigenar el proceso de la edificación de viviendas, bajo la premisa de que, hacerlo con recursos endógenos, no es del todo una utopía.
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